ECONOMíA › LA DISPUTA POR QUEDARSE CON EL MANDO EN LA OMC
Cuatro por una misma silla
El miércoles se abrirá formalmente el concurso para suceder en el comando de la Organización Mundial del Comercio (OMC) al tailandés Supachai Panitchpakdi. Dos latinoamericanos, el brasileño Luiz-Felipe de Seixas Correa y el uruguayo Carlos Pérez del Castillo, junto al africano Jayen Cuttaree, compiten entre sí y con el francés Pascal Lamy, el hombre que goza del explícito respaldo de los Estados Unidos para esa función.
Ninguna consagración significará un cambio demasiado brusco en la organización que pretende administrar el librecomercio mundial. Aun el candidato de Francia, que como comisario de comercio fue el principal negociador europeo en las conversaciones multilaterales, se proclama partidario de una “globalización controlada”, en la que el poderío de los grandes resulte de algún modo acotado.“El mundo necesita más intercambios comerciales, pero intercambios comerciales enmarcados en normas”, aseguraba Lamy en Bruselas, definiendo así la posición europea.
Pérez del Castillo, el hombre de Uruguay, dirigió en 2003 el Consejo General de la Organización, el órgano de más poder de la entidad. Esta gestión coincidió con un período de mucha incertidumbre en la OMC respecto a su propio futuro, ya que las negociaciones multilaterales estaban muy estancadas, parálisis que aún no ha podido ser superada realmente.
El ex directivo uruguayo se enfrenta a otro latinoamericano, el embajador brasileño ante la OMC, Seixas Correa, quien adquirió especial protagonismo en las discusiones de la Organización como uno de los promotores del G20, un núcleo de países que se negó a seguir avanzando en cualquier tratativa si no se contemplaba el interés de las naciones que exportan productos agrícolas, normalmente subordinados a los afanes de los países industrializados. Ese grupo fue creado en la cumbre de Cancún, el segundo resonado fracaso de la OMC después de Seattle, debido a la intransigencia de los países ricos frente a las demandas de la gran mayoría de naciones en desarrollo.
Esta situación permitiría sumar chances a favor de los postulantes opositores al europeo Lamy, entre los que se encuentra el africano Jayen Cuttaree, canciller y ministro de Comercio internacional de Mauricio, erigido en un defensor de las naciones pobres. “Tenemos un gran problema de percepción en la OMC: los ricos contra los pobres (...). Debemos abrir los mercados, pero debe existir una coherencia entre el comercio y el desarrollo si no queremos que beneficie únicamente a los países desarrollados”, declaraba horas atrás.
Se consagrará como director general quien logre el mayor número de adhesiones sobre los 148 miembros que integran la Organización. Para conquistar ese aval, mañana cada uno de los aspirantes expondrá durante 75 minutos y luego responderá las preguntas que le formulen.