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La caída en picada que experimentó el mercado accionario desde mediados de la semana pasada se profundizó ayer. El índice MerVal de acciones líderes sufrió otro duro traspié, al registrar una baja del 4,2 por ciento. La Bolsa de Comercio acusó el impacto negativo de una suma de factores internacionales y locales, entre los que se destacan las perspectivas de suba en las tasas de interés de Estados Unidos, el incremento del precio del petróleo y la preocupación creciente por un aumento de la inflación. El componente especulativo intrínseco a este mercado también juega su rol, que se hace sentir especialmente por tratarse de un mercado chico.
El MerVal terminó la jornada en 1374,8 puntos. Esto es, 225 menos que el record del 25 de febrero y 13,9 por ciento menos que el martes pasado, cuando comenzó la caída. Además, la Bolsa quedó en un nivel 0,03 por ciento inferior al del cierre de 2004. Los movimientos financieros tienen poco que ver con una economía que volvería a crecer 8 puntos este año, más allá de la incipiente preocupación por la evolución del índice de precios minorista. El mercado de bonos también operó a la baja, en medio de un clima de tensión. Los Boden 2012 cayeron 1,3 por ciento, al igual que los Discount entre los posdefault del denominado “mercado gris”. Los bonos Par en pesos y en dólares no tuvieron variación respecto de los niveles del viernes.
Por su parte, el mercado financiero se desenvolvió sin sobresaltos, con un dólar que cerró a 2,90/2,93 pesos en sus puntas vendedoras en el promedio de las casas de cambio del microcentro porteño. La merma en las intervenciones del Banco Central en el mercado fue destacada por la propia autoridad monetaria en su último informe monetario. Ahora es el Banco Nación el que utiliza recursos del superávit fiscal para sostener el tipo de cambio.