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El secretario ejecutivo de la Cepal, José Luis Machinea, quiere que Latinoamérica copie la experiencia asiática. El ex ministro de la Alianza, quien participa de la Asamblea Anual del BID en Okinawa, Japón, dijo además que el principal problema de la región es que “crecemos poco y la inequidad es enorme”.
Para Machinea, los gobiernos latinoamericanos “empiezan a hacer las cosas bien”, pero advirtió que todavía queda mucho por recorrer porque “sigue siendo la región más inequitativa del mundo y no consigue reducir esa inequidad”. Vale recordar que, cuando fue ministro de Economía de De la Rúa, Machinea aplicó un ajuste ortodoxo, a pedido del FMI, que profundizó la recesión y encendió la mecha del estallido de la convertibilidad en diciembre de 2001.
En materia de crecimiento económico, el responsable de la Cepal dice que las cifras de la región “son bajas”. América latina “creció un 2,7 por ciento por año entre 1990 y 2004, y con ese crecimiento no se puede hacer mucho”, afirmó. En su opinión, el problema es doble e interrelacionado, porque “sin crecimiento nada se puede hacer, pero tenemos que tener una política económica y social que ponga la equidad en el centro de la agenda, que la política económica se piense en términos de equidad”, aseguró.
Machinea piensa que el modelo de crecimiento a seguir es el del sudeste asiático. En varios aspectos. Primero, por su “estrategia mirando hacia afuera, usando las exportaciones como elemento dinámico de crecimiento, algo que Latinoamérica no hizo durante décadas”. Segundo, porque el modelo asiático muestra que el fuerte crecimiento de las exportaciones “permite reducir o eliminar los cuellos de botella en el sector externo, algo que ha sido un problema de América latina desde hace años”. A esto se añade, prosiguió, el hecho de que las exportaciones obligan a un ejercicio interno de innovación tecnológica para permanecer competitivos en los mercados internacionales.
Pero, en términos de “cohesión social”, Machinea recomienda prestar atención a la experiencia europea. “Lo mejor que podemos aprender de Europa es que su agenda es una agenda integral de desarrollo. No se puede crecer a costa de algunos sectores, de algunas regiones”, sostuvo.
Por otro lado, según un estudio presentado en la Asamblea del BID, los emigrados latinoamericanos en Japón –82% de los cuales son brasileños– enviarán este año 2700 millones de dólares a sus familiares en sus países de origen, convirtiendo a la nación asiática en la segunda fuente de remesas de la región. La primera es, por supuesto, Estados Unidos, desde donde se gira a Latinoamérica unos 35.000 millones de dólares por este concepto.