ECONOMíA › LAN PODRIA VOLAR DESDE JUNIO CON PERSONAL DE LAFSA Y AEROVIP
Conocidos del aire con marca nueva
Por Cledis Candelaresi
Si ningún escollo legal de último momento lo impide, LAN Argentina comenzaría a volar en junio con todo el personal de Lafsa y de Aerovip que haya accedido integrar el staff de la nueva compañía, cuyos accionistas prometen contratos por tiempo indeterminado y conservar las mismas condiciones que tienen los actuales agentes de aquella compañía pública, que nunca tuvo vida independiente. Pero a pesar de estos datos auspiciosos, el desembarco de los chilenos tiene lugar en un ambiente enrarecido. Hay incertidumbre sobre el destino de SW, los costos de la industria amenazan desmadrarse por la meteórica suba del petróleo y hasta los potenciales beneficiarios de aquella transferencia en lugar de celebrar, protestan.
“Los trabajadores pueden ir a donde le plazca. Pero es una falta de ética del Gobierno y de Lan Chile que planeen tomar personal de mi empresa sin siquiera avisarme”, despotricaba ayer ante este diario Sebastián Agote, uno de los directivos de la concursada Aerovip, cuyos pilotos se dieron por despedidos luego de que la compañía suspendiera su diagrama de vuelos, en noviembre pasado. El empresario asegura que los altos costos y la discriminación a favor de SW –que hasta el narcoescándalo disponía de un subsidio estatal– fueron mellando su negocio que, sin embargo, insiste en que podría resucitar de la mano de algún presunto inversor extranjero. Para el Gobierno, las desinteligencias con su socio, Eduardo Aulet, y el desacertado gerenciamiento pesaron más que cualquier cuestión de mercado.
Lo cierto es que, según confirmaron voceros de la compañía en formación y el subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, tanto el personal de Aerovip que ya se hubiere desvinculado de la compañía como el de Lafsa tendrá plazo hasta el 25 de abril para aceptar por escrito su incorporación a Lan Argentina, cuya constitución formal aún está en trámite. En el marco de un acuerdo político suscripto con el Gobierno, los accionistas de esta firma en ciernes (Lan Chile y sus dos socios locales) se comprometieron a concretar aquella integración a más tardar el 30 de agosto.
El proceso será paulatino y supondrá, en principio, el entrenamiento de los futuros empleados. Inicialmente, Lan Argentina ingresará desde Chile bajo el régimen de leasing tres Boeing 737 200, suficientes para estrenar la marca volando a Córdoba, Bariloche y Mendoza. Antes de fin de año, completará una decena de rutas locales, Ushuaia, Iguazú, Salta y Neuquén entre ellas. Pero el plan es un poco más ambicioso.
Para la Navidad, la proyectada compañía habría ocupado sus hangares con Air Bus 319 y 320, los más modernos de la flota trasandina. Apropiados para cubrir su diagrama internacional, que se estrenaría con un vuelo nocturno todos los días a Miami, y continuará con San Pablo, Montevideo y Madrid.
Los accionistas aseguran que recién cuando esté publicada en el Boletín Oficial una resolución que les adjudique las rutas, presentarán las certificaciones correspondientes a la flota a integrar. Para Transporte, la empresa aún debe completar información respecto de su constitución para que se formalice el permiso a volar destinos que había solicitado Aero 2000, la chartera cuya compra sirvió a Lan Chile como plataforma para llegar a la Argentina venciendo las restricciones del Código Aeronáutico, que impide a un extranjero tener mayoría accionaria en una aerolínea.
El 10 de junio, cuando la firma trasandina estrene su marca propia en el mercado local, habrá expirado el acuerdo de cooperación por el que se obligó ante el Gobierno a asistir a Southern Winds durante tres meses. Entonces, la trastabillante suerte de los empleados de SW quedará supeditada al éxito de la última carta jugada por los Maggio: reconvertirla en una empresa de bajo costo.