ECONOMíA
Bajó la inflación y más la canasta de alimentos
El índice de precios minoristas de abril fue de 0,5 por ciento. El dato relevante es la caída de medio punto en la cesta básica de alimentos.
Por Claudio Scaletta
El Indec confirmó que la inflación de abril fue del 0,5 por ciento, dato que había sido adelantado por el Gobierno en los últimos días. El desglose de la información muestra que el Poder Ejecutivo tuvo éxito en la pulseada con los grupos empresarios que estuvieron al frente de las remarcaciones durante el primer trimestre, especialmente en los rubros con mayor incidencia en la canasta básica alimentaria, cuya cotización cayó el 0,5 por ciento ayudada también por factores estacionales. Otros elementos que contribuyeron a frenar la inflación fueron la reducción del consumo por la caída del salario real, la mayor recaudación y una política monetaria poco expansiva.
Luego del sacudón del primer trimestre, cuando el aumento del Indice de Precios al Consumidor fue del 4 por ciento, la vuelta a la normalidad de abril relajó al equipo económico. Desde París, el ministro Roberto Lavagna recordó que “salimos a bajar las expectativas, algo muy importante por nuestra memoria inflacionaria”. Entre los instrumentos utilizados destacó el rol cumplido por los “acuerdos para bajar los precios de la canasta básica como carnes, yerba y lácteos”.
Aunque la inflación se explica fundamentalmente por la estructura de los mercados, el comportamiento de la demanda y las expectativas de los actores económicos, también inciden los factores monetarios. En un esquema simplificado se presupone que si la cantidad de dinero crece más rápido que la cantidad de mercancías de la que resulta equivalente, la relación de equivalencia se rompe. Como más dinero equivale a menos mercancías los precios suben. A la inversa: cuando se restringe la cantidad de dinero, los precios tienden a bajar. En lo que va del año, antes que reducir la circulación, el Banco Central se limitó a hacerla crecer menos, por ejemplo con la cancelación de redescuentos. A ello se agregó la fuerte suba de la recaudación de abril; cuando se cobraron los anticipos de Ganancias diferidos en diciembre, lo que también significó en la práctica un retiró adicional de circulante.
Para la ortodoxia la caída de la inflación de abril se debió al efecto preponderante de estos factores monetarios y fiscales sobre la demanda. Si bien esto contribuye a la explicación, la apertura de los rubros medidos por el Indec muestra una realidad distinta. Los menores aumentos, e incluso unas pocas bajas, se produjeron principalmente en aquellos rubros en los que existieron acuerdos de precios o que fueron influidos por factores estacionales, rubros que además tienen una gran influencia en el IPC y en la Canasta Básica Alimentaria. Ello permitió que Alimentos y Bebidas crezca en abril sólo el 0,4 por ciento. Cuando se mira este rubro por dentro se encuentra que los principales frenos se produjeron en algunos cortes de carne vacuna y en pollos. El subrubro carnes registró un aumentó global el 0,4 por ciento, aunque manteniendo una suba del 8,1 en los primeros cuatro meses. Por razones estacionales los precios de las Frutas bajaron el 3,4 por ciento y los de las Verduras el 1,9 por ciento. El acuerdo con el sector lácteo, dada segmentación de los productos en los que se acordaron bajas; básicamente la leche fluida y en algunos yogures, influyó más en la disminución del precio de la canasta alimentaria que del IPC, donde el subrubro Productos Lácteos y Huevos subió el 0,7 por ciento manteniendo un 8,3 para el primer cuatrimestre.
Otra incidencia estacional a la baja se registró en Esparcimiento, con una caída de precios del 1,2 por ciento inducida por la baja del 4,5 por ciento en Turismo. En sentido inverso operó el rubro Indumentaria, que subió el 3,5 por ciento por el cambio de estación impulsado por el aumento del 4,6 por ciento en Ropa exterior.