ECONOMíA
De China con PCB
Por Marcelo Zlotogwiazda
La Aduana mantiene retenidos en el puerto treinta y tres contenedores repletos de miles de radiadores de aceite debido a que se detectó que al menos muchos de ellos contienen cantidades de la sustancia cancerígena PCB mayores a las permitidas por ley. Los calefactores son de procedencia china y fueron importados por varios hipermercados y cadenas mayoristas. Mientras continúan las investigaciones para determinar con precisión el alcance del delito, la Aduana ya presentó la correspondiente denuncia ante la Justicia Penal Económica.
Según pudo averiguar Página/12 en las más altas fuentes de la Aduana, el problema fue descubierto hace escasos días durante el control de una muestra de calefactores que se realizó para verificar el contenido de PCB, motivados por la sospecha que despertaron las certificaciones que acompañaban los despachos de importación.
PCB es la sigla de policlorados bifenilos, una sustancia con riesgos de provocar cáncer, alteraciones en el sistema inmunológico, anemia y varias otras graves enfermedades, que era muy utilizado como insumo para la refrigeración de equipos eléctricos hasta que se descubrió su peligrosidad. En la Argentina su uso está reglamentado por la ley 25.670, que lo permite transitoriamente pero con un límite máximo permitido (50 partes de PCB por millón del fluido que lo contenga), y que a partir del año 2010 lo prohíbe totalmente.
La inspección realizada por el Departamento de Policía Aduanera encontró que varias muestras superaban el máximo permitido y procedió de inmediato a impedir el despacho a plaza de treinta y tres contenedores con más de 25.000 radiadores de aceite hasta tanto se realice un control exhaustivo. Los treinta y tres contenedores corresponden a compras hechas en China por parte de hipermercados y cadenas mayoristas locales. En el caso específico de una operación que comprende a cinco contenedores, la evidencia era tal que llevó a la Aduana a presentar enseguida la correspondiente denuncia ante la Justicia.
Además de la contaminación ya verificada, los bajos importes unitarios de los calefactores que fueron declarados en algunos de los despachos de importación hacen suponer a los inspectores de la Aduana que también se habría incurrido en subfacturación, un delito menos grave que la contaminación con PCB, pero mucho más difundido y dañino para la recaudación y la leal competencia.