ECONOMíA › AL AUMENTO DE LA MINIMA
LE SEGUIRAN MEJORAS PARA EL RESTO
El primer anuncio de un paquete mayor
Por Maximiliano Montenegro
El aumento de la jubilación mínima anunciado ayer es la mitad del paquete que el Gobierno tenía en carpeta para los jubilados. El presidente Kirchner decidió desdoblarlo para potenciar su repercusión en la opinión pública. La segunda parte de los anuncios abarcará a 1 millón de jubilados que cobran arriba de 350 pesos y que en los últimos 12 años sólo percibieron un reajuste del 10 por ciento.
Hace rato que la Anses acumula un ahorro de 1400 millones de pesos (el actual aumento insumirá 700 millones en el 2005), que tarde o temprano planeaba traducir en mejoras para los jubilados a lo largo del año. De ahí que la raíz del aumento no sea meramente electoral. Pero es evidente que Kirchner pretende exprimir hasta la última gota de los anuncios en plena carrera electoral.
¿Por qué se decidió empezar por los jubilados que cobran la mínima? Por varios motivos:
- La política oficial hacia los jubilados, tanto durante el gobierno de Duhalde como en el de Kirchner –en ambos casos conducida por Sergio Massa, titular de la Anses–, ha sido desde un principio apostar todos los recursos a mejorar la mínima, incorporando cada vez más beneficiarios en esta categoría.
- Es una estrategia que apunta a socorrer la situación de los más necesitados, “achatando” la pirámide jubilatoria; es decir, disminuyendo la desigualdad.
- Así, mientras que en enero de 2002 había unos 500 mil jubilados que cobraban el haber mínimo de 150 pesos, a partir de julio 2,4 millones de jubilaciones y pensiones se abonarán con el nuevo piso de 350 pesos.
- Una vez anunciada la recomposición del salario mínimo a 630 pesos, el Gobierno no tenía otra que apurar el incremento de la jubilación mínima.
- Esto es así porque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda que, dado los patrones de consumo en la tercera edad, el piso del haber jubilatorio debe ser un 60 por ciento del salario del trabajador en actividad. O sea que para cumplir con la OIT la jubilación mínima debería ser hoy de 380 pesos; al margen de que ese valor luzca todavía paupérrimo, porque el salario de referencia también lo es.
- En el Gobierno dicen que ese umbral se alcanzará una vez que se universalice el subsidio alimentario de 30 pesos, otorgado por el PAMI, para los jubilados que cobran la mínima y que actualmente recibe sólo una parte de los jubilados, en un esquema teñido de discrecionalidad y clientelismo.
- Al mejorar la mínima se resuelve también el problema de los veteranos de Malvinas, una tema siempre conflictivo en la agenda política: al corresponderles la suma de tres haberes básicos pasarán a cobrar una pensión de 1050 pesos.
Por primera vez, después de 7 aumentos en los últimos 3 años, la jubilación mínima quedará levemente por arriba de la línea de indigencia. Y le habrá sacado una buena ventaja a la inflación desde la devaluación. Sin embargo, todavía alcanza para comprar menos de la mitad de la canasta de la pobreza, y nadie en su sano juicio puede decir que, más allá de las estadísticas, garantiza una vida mínimamente digna.
La segunda etapa de los anuncios, esa que el Presidente prefirió guardar para los próximos días o semanas, apuntará al resto de los jubilados. Los que cobran entre 350 y 1000 pesos –unas 960 mil personas– sólo recibieron una mejora del 10 por ciento en los últimos 12 años. Los que perciben más de 1000 pesos –otros 180 mil jubilados– ni siquiera eso.