ECONOMíA › LA TENDENCIA DEL MERCADO ACOMPAÑA EL PLAN DEL BANCO CENTRAL
Una ayudita para levantar el dólar
Las condiciones del mercado internacional, con capitales saliendo de las plazas emergentes, por expectativas de suba de las tasas internacionales, ayuda al propósito del BCRA de sostener el dólar.
Los mercados internacionales ayudaron esta semana a la estrategia oficial de mantener elevado el tipo de cambio. Ayer el dólar volvió a aumentar y cerró a 2,97 pesos para la venta en las casas de cambio, donde llegó a pagarse hasta 2,98. En el mercado mayorista cotizó 2,966. La preferencia por la moneda estadounidense repercutió en los mercados de bonos y acciones. La Bolsa cayó el 2,39 por ciento, mientras que los títulos públicos lo hicieron el 1,98 por ciento. Los operadores repitieron que la mayor demanda de dólares fue consecuencia de las expectativas de suba de tasas en Estados Unidos. Sin embargo, la suba de la cotización en los últimos días también aceleró la venta de bonos en pesos, retroalimentando la demanda de divisas.
De acuerdo con la visión de los operadores del mercado, la explicación de fondo de lo ocurrido se encuentra en el contexto global de salida de capitales de los mercados emergentes hacia el dólar. Algunos datos confirman esta perspectivas. Este miércoles las monedas locales de las principales plazas latinoamericanas, México, Chile, Brasil y Argentina, se devaluaron en relación al dólar. Las depreciación fue el 1,1 por ciento. Aunque el gigantesco déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos es una noticia conocida, el dato nuevo es que la inflación en ese país será mayor a la proyectada, lo que atenta contra la continuidad del dólar débil, es decir, retrasado en su cotización frente a las principales monedas del mundo.
Las expectativas son que la tasa de corto plazo de la Reserva Federal, actualmente en el 3,75 por ciento, llegue antes de lo previsto a los 4,25 puntos que algunos esperaban para fin de año. El aumento de la tasa de corto es, precisamente, el mecanismo usado por la Fed para controlar la inflación en su mercado. Los potenciales efectos en la compensación del déficit vienen después. El razonamiento en este último punto es que con tasa cero en Japón y en torno al 2 por ciento en Europa, mayores tasas en Estados Unidos deberían acelerar los movimientos de capitales hacia ese país.
En el caso de los mercados emergentes, la lógica es que vale menos la pena arriesgarse más. Con mejor rendimiento en los mercados más seguros se prefiere regresar a esas plazas. Pero más allá de los análisis lineales de los operadores, los movimientos del dólar en el mercado local –dejando por un momento de lado el componente de la intervención estatal, ayer solo se compraron 15 millones, pero en los últimos 20 días se sumaron reservas por 930 millones– reflejan, multiplicados, la volatilidad típica de las plazas financieras periféricas, donde volúmenes negociados marginales en términos globales producen grandes movimientos de precios.
Por ejemplo, el bono más líquido del mercado local es el discount en pesos, que ayer cayó 1,95. El par en pesos, en tanto, bajó el 2,25 por ciento. Una conducta probable es que después de un largo período con el dólar clavado en torno de los 2,91, la suba a 2,96 haya provocado algún temor y, en consecuencia, la venta de bonos y el pase a dólares; en otras palabras, la baja de los bonos y la suba del dólar. Mientras en los últimos días se operaron en el mercado un promedio de 220 millones de dólares diarios, el martes las operaciones llegaron a 340 millones y ayer a 270 millones.
Algunas fuentes del mercado dijeron también que existieron movimientos de empresas privadas comprando divisas para cumplir obligaciones con el exterior. En este contexto, el precio para las grandes operaciones concluyó en 2,964 y 2,966 unidades para las puntas compradora y vendedora, respectivamente. El dólar de referencia fue fijado en 2,9622.