Miércoles, 18 de enero de 2006 | Hoy
ECONOMíA › KIRCHNER A BRASILIA. SE TRABO NEGOCIACION COMERCIAL
La Cancillería estimó que la firma del mecanismo compensatorio de desequilibrios se demorará, porque persisten algunas diferencias. Un documento de los industriales paulistas condicionó su apoyo.
El acuerdo para la firma de un mecanismo compensatorio de desequilibrios comerciales entre la Argentina y Brasil no se alcanzará en la actual ronda de negociaciones que se desarrolla en Brasilia, anticiparon miembros de la delegación argentina. Las negociaciones en torno de la llamada Cláusula de Adaptación Competitiva, propuesta por la Argentina, aún no están cerradas, y el acuerdo no estaría listo para ser firmado hoy durante la visita del presidente Néstor Kirchner a su par brasileño, Inácio Lula da Silva. A la advertencia formulada por funcionarios argentinos, se sumó la declaración difundida ayer a última hora por la Fiesp, la influyente federación industrial paulista, imponiendo nuevas condiciones a la firma de un acuerdo de restricciones automáticas al comercio bilateral.
Eduardo Sigal, subsecretario de Integración de la Cancillería y uno de los principales negociadores argentinos junto a Miguel Peirano, titular de Industria, señaló que “estamos trabajando en el acuerdo, pero no creo que pueda estar en condiciones” de firmarse durante esta visita. Recordó, sin embargo, que la actual etapa de negociaciones está enmarcada en un cronograma que contempla tratativas hasta el 31 de enero, aunque la visita de Kirchner a Brasilia, acompañado de la ministra Felisa Miceli, había generado alguna expectativa por la firma del acuerdo.
Pocas horas después, un comunicado de la Federación de Industrias del estado de San Pablo, Fiesp, condicionó su aceptación de la Cláusula de Adaptación Competitiva. Entre las condiciones que considera de “imprescindible” cumplimiento para la puesta en práctica de la CAC, señala que el mecanismo de restricciones al comercio “debe ser recíproco y no unilateral, pudiendo aplicarse sólo en concordancia entre ambos países”; que “el plazo de aplicación de la medida debe ser de un año” y que haya “un efectivo programa de reestructuración del sector demandante, sin el cual el mecanismo de salvaguardias no debería aplicarse”.
La Cláusula de Adaptación Competitiva fue una propuesta de la Argentina como mecanismo permanente de solución de controversias, buscando evitar que las exportaciones de uno de los dos países pudieran afectar la producción del otro por invasión del mercado interno. Es por ello que se plantea como un acuerdo de solución de desequilibrios comerciales y de fortalecimiento del desarrollo industrial. La primera formulación corrió por cuenta del ex ministro de Economía Roberto Lavagna que, en primera instancia, no fue bien recibida en Brasilia y quedó congelada por varios meses. Luego se retomaron las negociaciones hasta llegar a las actuales circunstancias, en las que se ha pasado a discutir en torno de cuestiones puntuales. Según señaló Sigal ayer, una de las cuestiones en las que se buscan precisiones en el texto es en la manera de definir el concepto de daño y daño eventual, es decir, en qué casos y en qué medida determinadas operaciones de comercio merecerían alguna compensación.
La negociación en torno de la señalada cláusula será parte de la agenda que Kirchner desarrollará en Brasilia a partir de hoy, cuando inicie su actividad oficial tras su arribo anoche a esta ciudad. Lo acompañan el canciller, Jorge Taiana, y los ministros de Economía, Felisa Miceli, y de Planificación Federal, Julio De Vido. La visita se da en un contexto especialmente complicado para el Mercosur, luego de que los gobiernos de Paraguay y Uruguay iniciaran conversaciones para cerrar acuerdos comerciales con Estados Unidos por fuera del bloque.
Hoy al mediodía los presidentes compartirán un almuerzo de trabajo, durante el cual la agenda marca que se discutirán las “iniciativas en curso para profundizar la integración política, económica y social”. Para mañana, jueves, está previsto el arribo del mandatario venezolano Hugo Chávez, con quien Kirchner participará en un encuentro trilateral en la residencial presidencial brasileña de Granja do Torto, donde pasarán revista a “las oportunidades de cooperación en las áreas de educación, cultura, energía y economía”, según la agenda oficial difundida por Brasil. Uno de los encuentros clave para avanzar en el acuerdo comercial lo tendrá Miceli con el ministro brasileño de Desarrollo, Luiz Furlan. Otro de los temas pendientes de la agenda económica es la definición de una nueva Política Automotriz Común, que debería entrar en vigencia a partir de julio para regular el intercambio sectorial.
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