Distintas mediciones privadas difundidas ayer dan cuenta de la extraordinaria prosperidad de la construcción, cuyos indicadores son aún mejores que los buenos registros alcanzados en la época de la convertibilidad. La actividad creció en febrero un 3,3 por ciento con respecto al mes previo, incremento que roza el 30 si se abre la mira para abarcar los últimos doce meses.

Los datos corresponden a un informe periódico de la Asociación Construya, cuyo índice pondera la evolución de las ventas de catorce grandes proveedores de insumos y materiales. “El crecimiento sostenido de la construcción está directamente vinculado con la generación de empleo y con la baja de la tasa de desocupación”, sostiene el trabajo. Según su titular, Federico Ortiz Picasso, durante el año pasado la oferta de empleos en la actividad remontó un 35,9 por ciento.

Durante todo el 2005, la actividad en este rubro creció un 14,5 por ciento, si se confronta diciembre con diciembre. Pero el ritmo no es homogéneo en todas las etapas. El último trimestre del año fue particularmente bueno, así como también febrero, cuando se recuperó el nivel de actividad que había decaído en enero, básicamente por las fuertes lluvias.

El mismo análisis privado refleja el optimismo de los empresarios que, en esta ocasión, no limitan su expectativas sólo a la obra pública, sino también a la mayor “inversión privada, al crecimiento de la actividad económica y el efecto de los planes de inversión en obras públicas”. Su preocupación, plasmada en el mismo relevamiento, se centra en la “escasez de crédito para los desarrolladores, la inestabilidad de los precios, los costos de los créditos hipotecarios y las cargas fiscales”.

Datos igualmente auspiciosos fueron también consignados por el último informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Según el indicador sintético de la actividad, aumentó el año pasado en “más de un 2 por ciento respecto de la mejor performance alcanzada en la década del ’90, al registrar una suba cercana al 15 por ciento.

La UADE también puntualiza la notable mejora registrada en los últimos meses del año pasado: entre septiembre y diciembre pasado, el incremento interanual fue del 22,1 por ciento. Para este trabajo, semejante impulso se debió básicamente al incremento de las obras viales y la infraestructura pública.

Todo esto tuvo como correlato una mayor demanda de insumos. El informe de UADE precisa que el despacho de asfalto al mercado interno creció un 221 por ciento, mientras que los de cemento saltaron un 27,6 por ciento y los de hierro redondo para la construcción, 60 por ciento. Repunte también notorio se dio en la superficie autorizada para construir.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, los permisos para edificar (medidos en metros cuadrados) subieron un 56,3 por ciento, concentrados principalmente durante el primer semestre del 2005, con una mejora interanual del 62,1 por ciento. Una situación similar se dio en los cuarenta y dos municipios más importantes del país, lo que representó una mejora interanual promedio del 37,1 por ciento si se compara el 2005 con el 2004.