Jueves, 11 de mayo de 2006 | Hoy
ECONOMíA › ESTADOS UNIDOS SUBIO LA TASA DE CORTO PLAZO
La Reserva Federal llevó la tasa al 5 por ciento, mientras el dólar se sigue desplomando frente al euro. Suponen que ahora Bernanke aplicará el freno. El impacto para Argentina es menor.
Por Claudio Zlotnik
Estados Unidos volvió a subir la tasa de interés de corto plazo en un cuarto de punto, que ahora quedó en el 5 por ciento anual. Fue la decimosexta vez consecutiva que la Reserva Federal (banca central estadounidense) ajusta el costo del dinero, un proceso que se inició dos años atrás cuando la tasa se encontraba en el 1 por ciento. El consenso entre los grandes bancos internacionales es que Ben Bernanke, flamante presidente de la FED, pondrá una pausa en ese ciclo alcista. Sería un respiro para las economías emergentes, como la argentina.
A diferencia de otras épocas, el mayor impacto para la Argentina de la suba de la tasa internacional no es financiero. El Gobierno tiene prácticamente cubiertas las necesidades de financiamiento de este año, y lo más probable es que durante la segunda parte del año se busquen los fondos necesarios para cubrir 2007. A su vez, el sobrecosto por la deuda emitida a tasa variable, como los Boden 2012 y 2013, es limitado: se estima que cada cuarto de punto de suba en Estados Unidos equivale a alrededor de 120 millones de pesos anuales. Hay que recordar que, en la actualidad, la mayor parte de la deuda argentina está colocada a tasa fija.
El mayor riesgo de que Estados Unidos siga elevando la tasa se vincula con la economía real. Más que efectos financieros, si la política de la FED desemboca en un enfriamiento de la economía, lo más probable es que se note una caída en los precios de los commodities. Sería una mala noticia para la Argentina, que tiene a los cereales, y a la soja en particular, como sus principales productos exportables.
En este contexto, si los analistas de los bancos tienen razón y la Reserva Federal frena el proceso alcista de la tasa será un respiro para la Argentina. En los mercados donde se operan futuros de tasa de interés, las de corto plazo para el mes de junio cerraron ayer en 5,02 por ciento en Nueva York. Una señal de que los operadores de Wall Street piensan que Bernanke dejará intacto el costo del dinero en la próxima reunión de la FED, que se hace dentro de 40 días.
En el comunicado difundido ayer al finalizar la reunión de directores, la Reserva Federal señaló que “todavía pueden ser necesarios ajustes adicionales para hacer frente a los riesgos inflacionarios”. Y agregó: “La cuantía y el momento para aplicar esos ajustes dependerán de la evolución de las perspectivas económicas”. En el medido y hermético lenguaje de los técnicos de la FED, donde cada palabra es analizada con lupa por los financistas, la inclusión en el comunicado del término “todavía” fue interpretada como que habrá parate, al menos temporario, en el proceso alcista. En el mercado de futuros, la tasa de corto plazo para el mes de octubre cerró en 5,235 por ciento. La interpretación lineal es que los financistas aguardan una suba de un cuarto de punto para antes de fin de año. ¿Sería ese movimiento la reapertura del ciclo al alza?
Para algunos bancos de Wall Street, la respuesta es afirmativa. El JP Morgan, uno de los más grandes de Nueva York, informó a sus clientes que, efectivamente, la tasa subirá al 5,50 por ciento, pero no en junio sino más adelante. Y que se encamina al 6,0 por ciento en 2007.
Todo depende de la inflación en los Estados Unidos. Por ahora se encuentra en el límite de lo soportable por la FED: en el 2,1 por ciento anual, si se excluyen los rubros volátiles, básicamente el petróleo. A su vez, el PIB estadounidense está creciendo a un ritmo del 5 por ciento anual, influido por la ola de inversiones tras el paso del Katrina. La especulación en Wall Street es que esta tasa decaerá con el transcurso del año, hasta converger a un ritmo del 3 por ciento. Bernanke juega a dos puntas: que la inflación no se dispare en medio del fuerte crecimiento pero tampoco quiere actuar innecesariamente. Si se excede en la política monetaria restrictiva corre el riesgo de un brusco enfriamiento económico.
Ante la expectativa de que Estados Unidos frenará la suba de la tasa, el dólar se volvió a debilitar frente al euro. Ayer, la moneda europea se cotizó a 1,28 dólar, el nivel más alto del último año.
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