Jueves, 11 de mayo de 2006 | Hoy
Los cambios que propone Nielsen en la conducción de la entidad desataron una fuerte pelea.
La renovación de autoridades en el Banco Ciudad desató una fuerte polémica. De un lado quedó el nuevo ministro de Hacienda, Guillermo Nielsen, quien impulsa a Leonardo Madcur para la presidencia de la entidad y el reemplazo de algunos de los directores. Del otro se ubicó Enrique Arceo, actual director, enrolado en la CTA. Este último funcionario denunció que los cambios propuestos en la conducción del banco provienen del mismo sector que en 2002 impulsó la apertura de su capital al sector privado como paso previo a la privatización.
Jorge Telerman todavía no definió qué ocurrirá con las autoridades del Ciudad, actualmente presidido por el kirchnerista Eduardo Hecker. Nielsen, de la derecha del radicalismo, ex colaborador de Mario Vicens en el equipo económico de la Alianza y hasta hace seis meses número dos de Roberto Lavagna, impulsa la llegada de sus principales colaboradores a la entidad. En particular, de Madcur.
Arceo declaró que “la modificación total o parcial del directorio puede ser razonable ante el cambio de jefe de Gobierno”. “Es una decisión –agregó– que no requiere fundamentación, aunque sí aval de la Legislatura.” Y luego remató: “Por eso resulta insólita la campaña de trascendidos periodísticos aparentemente provenientes del Ministerio de Hacienda de la Ciudad”. Para el economista de la CTA, que llegó al directorio durante la gestión de Aníbal Ibarra, el hecho más grave es que se acusa a la actual conducción con datos falsos.
“Se afirma que el banco ha tenido una dirección inepta, lo cual no condice con el hecho de que está primero en rentabilidad y solvencia según la evaluación de la agencia Moody’s y del Banco Central”, remarcó. “Es una aseveración inexacta que afecta la confianza pública que requiere el accionar de una entidad crediticia”, añadió.
El Ciudad tiene actualmente dos vacantes en su directorio, que se compone de seis miembros, el presidente y el vice. Dos de los lugares quedaron sin cubrir desde las elecciones de 2003, pero la intención de Nielsen, quien se lo propone a Telerman, sería renovar todos los cargos y reservarse la mayoría de ellos.
Arceo se defendió también de la versión de que “el banco no ha sostenido el ritmo de la competencia de la banca privada y que resulta necesario un cambio en su política crediticia”. “En verdad –sostuvo–, pese a su misión de banco testigo y promotor del desarrollo económico y social, ha aumentado sus créditos un 70 por ciento más que la banca privada y la política crediticia ha estado fundamentalmente orientada hacia las pymes.” Para el funcionario, la intención de fondo es promover la privatización de la entidad.
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