El oficialismo intentará darle media sanción en el Senado al proyecto de suspensión por 180 días de las ejecuciones hipotecarias de aquellos que antes del 2001 contrajeron deudas con acreedores privados. Además de renovar la suspensión, la iniciativa que seguramente contará con el respaldo de la oposición establece que los deudores podrán recurrir a través de un recurso directo ante la Corte Suprema para evitar remates. El oficialismo impulsará un proyecto de comunicación que le reclama al máximo tribunal de Justicia una pronta definición sobre el tema.

El Congreso ya aprobó en otras dos ocasiones prórrogas a la suspensión de las ejecuciones hipotecarias. En esas iniciativas el Estado asumía la deuda de los privados en la ecuación de 1,40, precio del dólar luego de la devaluación, actualizado por el CVS, coeficiente de variación salarial. Los acreedores reclamaron la inconstitucionalidad de la norma, ya que ésta les impedía cualquier acuerdo con los deudores fuera de esa fórmula. Varios jueces les dieron la razón a los acreedores y dictaron la inconstitucionalidad de la ley. También fijaban un dólar con un precio de tres pesos.

El tema ahora está en los despachos de la Corte Suprema. El máximo tribunal no se expidió porque dice que su conformación está incompleta, ya que faltan nombrar a dos integrantes. El enojo de los senadores ayer era evidente. Repetían que no tuvieron inconvenientes para convocar a conjueces y rechazar el pago del impuesto a las ganancias para los magistrados y que sobre este punto evitaban pronunciarse.

En el Senado se repetía que el recurso directo era una especie de per saltum. En diálogo con este diario, el santacruceño Nicolás Fernández aseguró que no está dispuesto a compensar a acreedores privados que sobrevaluaron sus propiedades, “que prestaron a tasas usurarias y que en algunos casos ya se cobraron con creces. No estoy dispuesto a aprobar una canallada como ésa”. Aunque en principio la oposición no estaba de acuerdo con la iniciativa, finalmente optó por respaldarla. Según dijo el radical santacruceño Alfredo Martínez, “entre la nada y el abismo me quedo con el abismo”.