A pesar del acuerdo firmado la semana pasada con productores y frigoríficos, los doce cortes populares se pagan en las carnicerías hasta un 50 por ciento más caros que los precios oficiales de referencia. Un relevamiento privado indica que el asado de novillo cuesta entre 8,50 y 10 pesos, cuando el precio sugerido es 6,50 pesos. Mientras que el vacío, que debería venderse a 7,80, supera los 10 pesos. En el Ministerio de Economía aseguraron a Página/12 que están trabajando para que se respeten los valores sugeridos, pero aclararon que la normalización no será inmediata. “Se está implementando una nueva mecánica de trabajo, pero recién hoy (por ayer) tuvimos la primera reunión con la cadena comercial”, destacó la fuente. Al resaltar el cambio en las formas de negociación, lo que buscan dejar en claro cerca de Miceli es que los precios actuales son consecuencia de las dificultades que generó el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, luego de estar un año al frente de las negociaciones con el sector.

Los representantes de las carnicerías y supermercados que ayer por la mañana visitaron el Palacio de Hacienda se reunieron con la ministra, Felisa Miceli; su jefe de gabinete, Carlos Cleri, y el subsecretario de Defensa del Consumidor, José Luis López, que depende del secretario de Comercio, pero en los hechos responde a la ministra. El cambio de interlocutores evidencia también un nuevo modo de negociación, luego del desaguisado generado por Moreno en el sector. Los funcionarios les comunicaron a los empresarios que la intención es consensuar una salida que permita terminar con el mercado negro, surgido luego de la intervención en Liniers, y lograr una baja en el precio de los doce cortes populares, que no respetan los valores sugeridos y en algunos casos ni siquiera se consiguen.

Un relevamiento realizado el viernes 11 de mayo por la asociación de consumidores Deuco en veinte carnicerías de Capital y Gran Buenos Aires registró sobreprecios de hasta un 50 por ciento en asado, vacío, carnaza común, roast beef, milanesa de nalga y paleta, para las categorías novillo y novillito. El roast beef de novillito, por ejemplo, debería costar 7,55, pero se vende a 10,60 pesos, 40 por ciento más. Mientras que la carnaza común de novillito llega a 8,99 pesos, 50,3 por ciento más que los 5,98 establecidos en la resolución 1, de abril del año pasado. Además, Deuco realizó ayer otro relevamiento donde registró subas de 5 por ciento en cortes “no populares”, como peceto y cuadrada de ternera, que llegaron a 5 por ciento en sólo 15 días.

“Si comienza a ingresar más hacienda a Liniers y se respetan los valores mayoristas acordados, en 30 días podría comenzar a bajar el precio de los cortes populares”, aseguró a Página/12, Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Carnicerías de la Capital Federal. Sin embargo, el empresario reconoció que sólo estarían en condiciones de cumplir con los precios de referencia vigentes para la categoría de novillo. “En ese caso, los valores oficiales no están tan lejos de la realidad y nos podríamos acercar, pero en ternera, vaquillonas y novillito va a ser muy difícil porque los precios se dispararon”, sostuvo.

En Economía aseguraron a este diario que el objetivo es tratar de cumplir con los precios de referencia, pero reconocen que será complicado retrotraer el precio de los doce cortes populares a los valores vigentes hace más de un año, sobre todo luego de que los consumidores convalidaron esas subas en el mostrador. “Sabemos que el país no se congeló en abril del año pasado, seguramente se contemplará algún tipo de indexación que tome en cuenta la evolución de los últimos meses, pero la negociación recién comienza y lo primero que tenemos que lograr es que se normalice el circuito de comercialización”, destacaron a Página/12. Hasta el momento, todos los eslabones de la cadena se manifestaron dispuestos a colaborar, salvo Confederaciones Rurales Argentinas, la entidad de productores integrada por Carbap y otras doce entidades, que reclama la liberalización total de los mercados y no negocia desde marzo.

Ayer, además de reunirse con los carniceros, la ministra y sus asesores recibieron por separado al gerente del supermercado Coto, Alejandro Vivanco, a quien también se le planteó la necesidad de cumplir con los precios de referencia. Además, en los próximos días visitarán el Ministerio de Economía directivos de las otras grandes cadenas de supermercados. “La ministra designó a Cleri y López al frente de las negociaciones, porque este tema es una prioridad a resolver”, afirman.

Para lograrlo apuestan a mejorar el diálogo con los representantes de los distintos eslabones de la cadena, tomando distancia del estilo Moreno. No obstante, también controlarán a los empresarios con la Oficina de Control Comercial Agropecuario, el Senasa y la Subsecretaría de Defensa del Consumidor, pues reconocen que en el mercado de la carne “no operan las carmelitas descalzas”.