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El mecanismo que definió el Ministerio de Economía para la compra de autos 0 kilómetro con Boden 2012 mereció una dura respuesta de los diferentes actores del sector. La Asociación de Fábricas de Automotores lanzó un comunicado calificando la medida de “burocrática, engorrosa e ineficaz”, mientras que una de las cámaras de concesionarios cuestionó que el sistema se haya restringido a los títulos con vencimiento en una década, cuyos titulares difícilmente quieran utilizarlos al 50 por ciento de su valor para comprar un auto. El propio jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, admitió que “a simple vista el trámite parece engorroso”, y sugirió que “habría que mejorarlo”, para lo cual “hay tiempo suficiente”.
La única respuesta de Economía frente a tantas críticas fue aclarar que se podrán ofertar exclusivamente bonos para la adquisición de autos o de maquinaria agrícola, contradiciendo una información previa de la oficina de prensa de esa cartera, que había puntualizado que los interesados debían elevar una propuesta mixta de bonos y dinero en efectivo. A la vez, los funcionarios explicaron que el programa establece que los concesionarios terminarán la operación con dinero en su poder, tras entregar al Estado los bonos recibidos del público.
Las automotrices se quejan porque el sistema lo diseñó la Secretaría de Finanzas, a cargo de Guillermo Nielsen, en lugar de la Secretaría de Industria. El reclamo es porque en lugar de repetir el esquema que se implementó entre el 15 de marzo y el 15 de abril, cuando fue posible comprar autos y casas con dinero del corralito, ahora se dispuso la utilización de bonos. “En las reuniones que tuvimos con la gente de Economía estaba claro que el plan era que la gente pudiera usar los certificados de los depósitos reprogramados, pero después salieron con esto de los Boden”, se lamentó un ejecutivo de una de las terminales.
La operatoria contempla cinco pasos. En primer lugar, el comprador debe acordar el precio del vehículo con el concesionario. Después la agencia tiene que presentar a través de un banco la oferta a la Secretaría de Finanzas, indicando el valor de rescate que pretende para el bono. Luego Finanzas debe fijar, en varias licitaciones, el precio de corte para el Boden y preadjudicar todas las ofertas efectuadas que igualen ese monto. Tras ello, el comprador debe transferir los bonos a la concesionaria, a través de la Caja de Valores. El quinto paso es el rescate de los bonos por parte del Estado, tras verificar que la operación se completó y el vehículo fue inscripto a nombre del comprador.
Guillermo Dietrich, de la Cámara de Comercio Automotor, reflexionó que “quien suscribió el Boden 2012 no tiene ningún apuro”, ya que “si se resignó a recuperar su dinero en 10 años no lo va a utilizar ahora en un mercado donde vale la mitad”.