Al igual que el mes pasado, la inflación en el interior del país fue de 1,1 por ciento, más del doble que en la región metropolitana (0,5), según informó ayer el Indec. Las mayores subas volvieron a registrarse en San Luis y Mendoza con 2,6 y 2,1 por ciento, respectivamente. En ambas provincias el acumulado anual en el rubro Alimentos y Bebidas cuadriplica las cifras relevadas en Capital y Gran Buenos Aires por la Dirección de Precios de Consumo que controla Beatriz Paglieri. La amplia brecha existente entre el índice de precios metropolitano y los de las provincias evidencia las dificultades que tiene el Gobierno para hacer cumplir los acuerdos de precios en el interior y renueva la polémica sobre las supuestas distorsiones que generó la intervención en el organismo nacional de estadísticas.

El Indice de Precios al Consumidor Nacional le agrega a la medición histórica los relevamientos de seis aglomerados urbanos del interior: Gran Córdoba, Gran Rosario y Gran Santa Fe, Gran Mendoza, ciudad de San Luis, Gran Tucumán y Gran Catamarca. En esas ciudades el relevamiento y la construcción del índice son realizados por las direcciones de estadística provinciales que luego envían los datos al Indec, donde ponderan la información para construir el indicador “nacional”.

Alimentos y Bebidas es el rubro que más subió en las provincias durante julio. En San Luis trepó 4,3 por ciento, en Mendoza 3,5, en Tucumán 2,1 y en Catamarca 1,4 por ciento. En Capital y Gran Buenos Aires, en cambio, sólo aumentó 0,4 por ciento, una cifra cuestionada por asociaciones de consumidores y consultoras privadas que acusan al Gobierno de distorsionar los datos. Los últimos –en línea con la versión de la city– dicen que lo hacen para pagar menos intereses de la deuda pública indexada por inflación.

El acumulado anual también muestra amplias diferencias. Por ejemplo, entre enero y julio los alimentos subieron 23 por ciento en San Luis y 21,6 por ciento en Mendoza contra apenas 5,4 por ciento registrado en el área metrolitana. Ni siquiera las consultoras privadas que elaboran “índices paralelos” para el área metropolitana llegan a igualar los datos informados por las direcciones de Estadística de esas provincias donde la inflación de la canasta alimentaria es llamativamente alta.

En julio también se registraron diferencias en el rubro Equipamiento y Mantenimiento del Hogar, pero en menor escala. En Catamarca subió 3 por ciento, en Córdoba 2,1 y en Mendoza 2,0 por ciento, mientras que en la ciudad de Buenos Aires subió 1,6 por ciento. Una situación similar se observa en el rubro Esparcimiento. En San Luis subió 2,5 por ciento, en Santa Fe 2,4, en Mendoza 2,3 y en Capital “apenas” 1,2 por ciento.

Las fuertes diferencias en los distintos rubros se repiten cuando se compara la evolución de los índices generales de las regiones durante los primeros siete meses del año. Por ejemplo, la inflación en Capital y Gran Buenos Aires fue de 4,4 por ciento según el Indec. En Mendoza, en cambio, llegó a 13,5 por ciento, en San Luis a 13,1, en Catamarca a 8,3 por ciento y en Córdoba a 7,7. La oposición y algunas consultoras privadas afirman que esta brecha expresa la distancia entre los índices de precios que supuestamente manipula el Gobierno y la “inflación real”, aunque la disparidad entre las provincias del interior es tan alta que cuesta saber en cuál de ellas están más cerca de la “realidad”.