La petrolera Shell presentará hoy ante la Secretaría de Medio Ambiente una propuesta de saneamiento para las áreas afectadas por su refinería de Dock Sud y un plan de reconversión industrial que incluiría promesas de inversión para mejorar su desempeño ambiental. De este modo, la compañía busca que el Gobierno levante la clausura que rige sobre la planta desde el miércoles pasado. Entre las estaciones de servicio persistía ayer el temor a un posible desabastecimiento, pues la firma angloholandesa les anticipó el jueves a sus clientes que si esta situación se mantiene no podrá cumplir con los contratos de suministro firmados.

Directivos de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes comentaron ayer que “las estaciones de Shell, aunque con dificultades, siguen operando”. “Hasta el momento no hay faltantes, y si hay un arreglo y se levanta la clausura de la refinería entre el lunes y martes no habrá problemas, ya que la petrolera dijo oportunamente que tiene en sus depósitos combustible para diez días”, expresaron.

Desde la clausura, Shell dejó de producir paulatinamente para no hacer peligrar el funcionamiento de las instalaciones y se supone que hoy la planta ya estará completamente detenida. Una vez resuelto el conflicto se requerirán otros cuatro o cinco días para que vuelva a funcionar a pleno. Por lo tanto, los estaciones aseguran que si el conflicto se prolonga deberán cruzar las mangueras y dejar de vender.

La Dirección Nacional de Control Ambiental dispuso la clausura total de la refinería de Shell en forma preventiva, tras constatar que no tenía permiso para extraer del canal Dock Sud ni del Río de la Plata los “18,4 millones de litros de agua por hora” que utiliza. Además aseguró haber detectado pérdidas y derrames que acreditarían la contaminación ambiental producida por la planta. La empresa calificó la decisión de “arbitraria”, pero la acató y hasta el momento no se presentó ante la Justicia para impugnar la decisión, pues pareciera que primero quiere intentar revertirla negociando con el Gobierno.

Más allá de los motivos puntuales que llevaron a la clausura, lo que genera inquietud en el ambiente empresario es el momento elegido para concretarla. El Gobierno denunció a Shell ante la Justicia a comienzos de julio por violar la Ley de Abastecimiento en el mercado de gasoil y a fines de agosto el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se presentó como querellante en esa causa solicitando que se aplicara la pena de prisión para los máximos directivos de la multinacional. La clausura llegó apenas diez días después y hasta los más ingenuos sostienen que la decisión oficial se inscribe dentro de ese conflicto. La cuestión de fondo que enfrenta a Shell con el Gobierno es la decisión oficial de mantener “congelado” el precio de los combustibles destinados al mercado interno.