ECONOMíA › EL NUEVO JEFE DEL FMI BUSCA RECUPERARLE PRESTIGIO

Difícil tarea le espera a DSK

En sus primeras definiciones tras ser consagrado nuevo titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn reconoció que la institución padece de una crisis de legitimidad, en particular en Latinoamérica, donde “hay mucha desconfianza y no injustificada”. Consideró que ese mal concepto se lo adjudicó por las “intervenciones muy duras” en la región, dando como ejemplo la última crisis argentina. “Hay que ir más allá de la reforma de las cuotas”, resaltó, proponiendo que las decisiones importantes se tomen por un sistema de doble mayoría que tenga en cuenta el número de Estados, además de su peso relativo en la organización.

El economista y dirigente político francés dio una conferencia de prensa en París, donde retornó este fin de semana tras su participación en un seminario en Chile. Hablando de su futura gestión al frente del Fondo, que iniciará el 1º de noviembre, señaló que sus tres prioridades serán coordinar acciones con el Banco Mundial, acercarse a Latinoamérica y buscar también una aproximación a Asia. El objetivo es que los países emergentes “tengan más voz y representación”. En la misma línea, opinó que “el acuerdo tácito entre los estadounidenses, que se reservan la dirección del Banco Mundial, y los europeos, que ubican a uno de ellos a la cabeza del FMI, ya no tiene sentido (...). Un ciudadano de cualquiera de los 185 Estados miembros debe poder dirigir el Fondo desde el momento en que tiene las competencias necesarias”.

Sobre las funciones del organismo, DSK (como lo denominan, por sus siglas, los medios europeos) opinó que “no puede contentarse con ser un gendarme que presta dinero en contrapartida de reglas muy duras para los países en dificultades”. También se mostró crítico hacia el criterio de obtener la estabilidad financiera a costa de los equilibrios sociales. “Hace falta crecimiento económico para tener justicia social”, explicó, “pero también hace falta justicia social para lograr crecimiento económico”, haciendo gala de su pertenencia al socialismo europeo.

El sucesor de Rodrigo Rato al frente del FMI también se refirió a la actual crisis financiera estadounidense, nacida en la burbuja hipotecaria, estimando que “no va a tener efectos dramáticos” en el crecimiento mundial. “Las bases del crecimiento mundial son hoy bases sólidas”, señaló. Admitió que el FMI atraviesa por dificultades económicas debido a que cada vez menos países están interesados en recibir sus préstamos. Además del esfuerzo en restablecer la confianza de los países miembro, DSK señaló que no descartaba una revisión de los gastos de la institución. La venta de una parte de las reservas de oro del Fondo, mencionada en el informe Crockett (uno de los expertos consultados por la entidad), “no plantea verdaderamente un problema, pero no es la solución”, indicó. “Otra solución sería limitar el crecimiento de los gastos y quizás organizar una reducción”, estimó.

El ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin, advirtió ayer desde las páginas del diario británico Financial Times que esperaba que el nuevo director gerente del FMI “ponga en práctica las reformas que ha prometido, de lo contrario la entidad perderá legitimidad”.

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