Telmex se sumó a la batalla que mantienen el grupo Werthein y sus socios italianos en Telecom Argentina por el ingreso de Telefónica en la compañía. Los mexicanos presentaron el viernes un escrito ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) solicitando intervenir en la investigación porque “una eventual concreción de la operación económica anunciada, sin duda alguna, alterará el estado actual del mercado nacional de las telecomunicaciones”. Fuentes oficiales informaron a Página/12 que la investigación tiene carácter confidencial y, por lo tanto, no se les puede dar participación a terceros en el expediente.

Telmex compite cabeza a cabeza con Telefónica en la mayoría de los países de Latinoamérica y desde hace tiempo pugna por expandirse en Argentina, donde mantiene una participación minoritaria que no condice con su poder de fuego. La compañía del magnate mexicano Carlos Slim se asoció con Techint a fines de los noventa para participar a través de Techtel en el mercado local, apostando por la entonces inminente desregulación.

Luego de la devaluación, el proceso de apertura fue congelado de hecho por los sucesivos gobiernos, pero la firma decidió seguir expandiéndose a la espera de una oportunidad. En julio de 2003 compró CTI a través de América Móvil y en octubre de ese mismo año se quedó con AT&T Latin America. En 2004 amplió su participación en Techtel al 80 por ciento, compró MetroRed y fusionó Techtel, AT&T y MetroRed bajo el nombre Telmex. Su última adquisición la concretó en agosto de este año cuando se quedó con la firma Ertach. Sin embargo, desde hace tiempo su objetivo es comprar Telecom para competir de igual a igual con Telefónica, pues las barreras que le imponen a la competencia las dos firmas dominantes hacen muy difícil llegar de otro modo a una posición de liderazgo.

La oportunidad de comprar Telecom Argentina Slim la tuvo cuando France Telecom se retiró de la empresa en 2003, pero los italianos bloquearon su entrada acordando el ingreso del Grupo Werthein. Ahora, paradójicamente, los socios locales de Telecom Italia se han convertido en una esperanza para el magnate mexicano. Cuando a mediados de agosto Gerardo Weirthein denunció ante la Comisión Nacional de Valores que el ingreso de Telefónica de España en Telecom Italia impactó en la filial local condicionando la toma de decisiones, algunos analistas creyeron ver a Slim detrás de aquella movida.

La especulación se reforzó recientemente cuando el Gobierno designó dos “veedores observadores” en la firma para determinar la participación de Telefónica. Si los enviados oficiales concluyen que los españoles tienen incidencia en las decisiones de su principal competidor, el Gobierno le podría exigir a Telecom Italia que se desprenda de su participación en la firma dejándole el camino libre a Telmex.

Fuentes de la compañía mexicana aseguraron ayer a Página/12 que, por ahora, su objetivo es garantizar que no se concrete en el país una fusión que afectaría los intereses de la compañía. Para eso pidieron que se los deje intervenir en la investigación que inició el Gobierno. Cuando Telecom y Telefónica estaban renegociando sus contratos, los mexicanos también enviaron una carta similar a la UniRen solicitando participar, pero la única respuesta que tuvieron entonces fue una invitación a la audiencia pública.

Ahora recibirán una contestación similar del Gobierno porque los veedores oficiales están teniendo acceso a información confidencial de Telecom que no pueden compartirla con una empresa de la competencia. Lo que podría hacer la CNDC es citarlos como testigos, pero es improbable que eso ocurra porque no queda claro qué podría aportar Telmex sobre el funcionamiento interno de Telecom. La situación sería distinta si los mexicanos denuncian a Telecom y Telefónica ante la CNDC por llevar adelante prácticas anticompetitivas en su contra. En ese caso, se podría abrir un sumario y ellos serían parte de la causa, pero les será muy difícil probar que, desde que se anunció la fusión, Telefónica y Telecom actúan coordinadamente para perjudicarla.