“Todos estamos en campaña, pero las campañas tienen códigos y tienen límites y hoy (por ayer) se violaron todos los códigos.” A las 5.45 de la mañana, Eva se despertó sobresaltada por el zumbido de cuatro o cinco balas que dieron contra el frente de su casa. Uno de los proyectiles pegó en el hombro de su custodia, que terminó hospitalizado. Eva es la mujer de Francisco “Barba” Gutiérrez, diputado y uno de los dos candidatos peronistas a intendente de Quilmes en las elecciones del próximo domingo. En ese escenario, el fogoneo se metió en la campaña. Gutiérrez ya había denunciado la “virulencia” de la oposición, y ayer directamente apuntó al ministro del Interior y al actual intendente quilmeño. El antecedente de la masacre de los policías en La Plata y el asesinato de su hermano, un ex subcomisario bonaerense ejecutado en 1994 cuando investigaba la Aduana Paralela, se suman a las hipótesis en danza.

“Fue gente enviada por (Sergio) Villordo y Aníbal Fernández”, dijo ayer el diputado durante las primeras horas del día. “Que lo que quieren sembrar es el miedo, el temor porque nosotros vamos ganando.”

Más allá de las tendencias, es cierto que Quilmes reproduce las internas del peronismo nacional con una escala a medida. En este momento, la intendencia está en manos de Villordo, un hombre de quien se dice que fue chofer de Aníbal Fernández. Ahora pelea para renovar el mandato. El Barba Gutiérrez es un dirigente gremial que adhirió a la renovación y estuvo con Antonio Cafiero. Llegó a la Cámara de Diputados con el Polo Social y en 2004 se acercó al kirchnerismo, alineado a Carlos Kunkel. En ese contexto, tanto él como Villordo buscan ahora la intendencia bajo la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Esa es la interna de la que habla el Barba, y dónde situó los incidentes de ayer que comenzaron días antes. El lunes convocó a una conferencia de prensa para denunciar un ataque contra seis de sus militantes que hacían pintadas. “Fue el viernes a la tarde, bajaron como treinta personas de un colectivo, con fierros, no chumbos, sino fierros. Dos chicos terminaron internados, a uno hubo que operarle una mano”, explicó en este caso Eva.

Inmediatamente, aparecieron las balas. El episodio se produjo frente a la casa de la calle Liniers, en Bernal, donde el Barba tiene un custodio desde hace seis años por el caso de su hermano muerto. A esa hora, en la casa estaba con su mujer, un hijo de 4 años y tres sobrinos de 13, 14 y 15. “Nos levantamos con un primer tiro, que luego fueron cuatro o cinco más –dice su mujer–. Afuera se escuchó un ‘hijo de puta’ y cuando salimos vimos un auto que arrancó y al custodio tirado en el piso.” Antes de que se lo lleven, el consigna Fabián Scramowsky les dijo que “era un VW Gol verde, cuatro puertas, con tres o cuatro personas y que los disparos salieron del acompañante, del conductor y de atrás”. El oficial anoche estaba fuera de peligro.

Mario Sahagun es concejal del ARI, segunda fuerza del distrito. “Nosotros dejamos la calle porque no tenemos recursos, pero además porque sabíamos que iba a ser una campaña muy violenta, porque son dos sectores que invirtieron millones”, dijo a este diario. Aun así, Sahagun es uno de los que dice que no hay que dejar ninguna hipótesis de lado: “Por un lado, puede ser parte de la campaña sucia, pero también puede estar relacionado con la muerte de tres policías, el propio Gutiérrez no lo descartó”.

Eva escuchó la hipótesis de la interna policial la misma mañana, cuando hacía su declaración en la policía. “Como me vieron tan nerviosa me dijeron que me quede tranquila, que seguro era parte de lo que pasaba en La Plata.” Pero –dice ella– “en Quilmes hay un montón de gente con custodia: (Eduardo) Camaño, Villordo, Aníbal Fernández, pero esto sucedió en mi casa y hay gente con más poder que el Barba”.