Como líder de un consorcio que integra con varias constructoras, Eduardo Eurnekian formalizó su oferta para construir el Tren Trasandino Central, que unirá Argentina con Chile. Se trata de un emprendimiento cuyo costo está estimado en 3000 millones de dólares para tender 225 kilómetros de vías entre Mendoza y los Andes, del otro lado de la frontera. El grupo oferente está también integrado por las argentinas Tecnicagua, los colectiveros de Cometrans (Trenes de Buenos Aires) y Cartellone, asociadas a la brasileña Camargo Correa y a la chilena Petrolera del Sur. El propósito estratégico del emprendimiento es completar un corredor ferroviario carguero que una el Pacífico con el puerto atlántico de Santos todos los días del año, eludiendo las restricciones que impone la nieve al transporte terrestre a esa altura de la cordillera de los Andes. Hoy, el transporte de cargas entre ambos países se hace por camiones, a través de unos 865 coches diarios, que llevan unas 4.300.000 toneladas al año. El Transandino Central comenzó a construirse en 1872 y fue inaugurado en 1910, pero el servicio de pasajeros fue interrumpido en 1978 para el servicio de pasajeros a raíz del conflicto por el Canal de Beagle.