Los precios minoristas, tanto en gas como en electricidad, se mantuvieron estables durante el último año, en sintonía con la política de congelamiento tarifario vigente. Sin embargo, un informe de la consultora Informes Económicos Sectoriales destacó ayer que en el segmento mayorista eléctrico el precio subió, por los ajustes aplicados a la industria y al comercio, un 27 por ciento en la electricidad entre los meses de octubre de 2006 y 2007, y del 26,6 por ciento entre éste último y diciembre de 2006. El precio mayorista del petróleo, por su parte, aumentó un 7,8 por ciento en el período anual octubre contra octubre, lo que refleja la suba del crudo en el mercado internacional a partir de julio. Por su parte, los precios de los combustibles mostraron, por primera vez en mucho tiempo, un ajuste hacia el alza especialmente en la nafta premium y en el gas oil, aumento acelerado a partir del tercer trimestre.

En cuanto a la producción, en informe revela las disparidades existentes entre los distintos segmentos. La producción de energía eléctrica trepó un 2,7 por ciento con relación a igual período de 2006, en tanto que la de gas natural se contrajo en un 1,4 por ciento, en una tendencia decreciente, ya que se ubicó un 2,4 por ciento por debajo de iguales meses de 2004, lo cual muestra el virtual estancamiento en la producción. Por su parte, la producción de petróleo también cayó un 2,5 por ciento evidenciando la falta de inversiones registradas en el sector.

En el caso de la demanda, el consumo aparente de electricidad creció en un 6,2 por ciento en el acumulado de los primeros diez meses del año y mantuvo una evolución superior a la de la producción, que obligó a incrementar la importación de energía desde Brasil, Uruguay y Paraguay. Similar fue el caso del gas natural, que presentó un consumo aparente estimado en un 3,8 por ciento por encima de los mismos meses del año previo, lo que obligó a recortar fuertemente las exportaciones a Chile. Finalmente, el consumo aparente de petróleo creció un 5,7 por ciento en el período, por debajo del crecimiento en el consumo de combustibles líquidos (9,8 por ciento de suba en las ventas en los primeros nueve meses). Ello exigió también elevar las importaciones de diversos tipos de carburantes, especialmente del gas oil, dada la capacidad utilizada a pleno en las refinerías.