Sábado, 19 de enero de 2008 | Hoy
ECONOMíA › BUSH LANZO UN PLAN DE INCENTIVOS FISCALES POR 145.000 MILLONES DE DOLARES
Los datos adversos de las últimas semanas obligaron a George Bush a improvisar un plan para evitar que la economía estadounidense siga frenándose. El anuncio recibió críticas de la oposición y no calmó los mercados. Wall Street volvió a caer.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, anunció ayer que se destinarán 145.000 millones de dólares para tratar de evitar que la desaceleración económica registrada en las últimas semanas se transforme en recesión. El plan contempla incentivos a la inversión y devolución de impuestos a particulares, aunque no se aclaró cuánto dinero recibirá cada familia. La última vez que se llevó adelante una iniciativa de estas características fue en 2002 para constrarrestar los efectos provocados por el ataque terrorista a las Torres Gemelas. El anuncio no calmó a los mercados. La Bolsa de Nueva York cayó ayer por cuarta vez consecutiva. El Dow Jones perdió 0,49 y el Nasdaq, 0,29 por ciento.
“Tras considerarlo cuidadosamente y luego de conversar con miembros del Congreso he llegado a la conclusión de que se necesita una acción adicional para mantener el crecimiento de nuestra economía y la creación de empleos. Si dejamos que los ciudadanos se queden con algo de dinero (de los impuestos), ello hará que aumente el gasto”, afirmó Bush, consciente de que el consumo representa las dos terceras partes del PIB estadounidense. Durante su intervención, remarcó que “este paquete debe ser temporal y ponerse en marcha de manera inmediata”.
El primer mandatario aclaró también que, en ningún caso, las medidas deben incluir una suba de los impuestos a los sectores de mayor poder adquisitivo, de la que son partidarios algunos políticos de la oposición. En 2001 la administración republicana puso en marcha un recorte de impuestos que vencerá en 2010. Ayer el presidente le pidió a los legisladores que, llegado el momento, extiendan esa medida porque de lo contrario “los impuestos volverán a subir y ello pondrá en riesgo la creación de empleo y el crecimiento económico”, aunque aclaró que ahora lo más importante es poner en marcha el paquete de medidas anunciado, para lo cual se destinará el equivalente al uno por ciento del producto.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, es el encargado de negociar con el Congreso para que se logre aprobar el paquete. Ya existe un consenso bipartidario sobre la necesidad del estímulo económico, pero algunos legisladores desean un recorte de impuestos individual de 300 dólares y otros quieren llegar hasta los 800 o 1600 dólares por hogar.
Los candidatos opositores a la presidencia cuestionaron la iniciativa. “Después de haber visto a las familias sufrir durante meses y meses en esta economía, George Bush terminó por presentar un plan que deja al margen a decenas de miles de trabajadores y de ancianos que son los que más lo necesitan”, aseguró el precandidato demócrata, Barack Obama. Su rival, Hillary Clinton, estimó que “el plan Bush deja de lado a 50 millones de estadounidenses que tienen mucha necesidad de un empujón económico”.
La reacción oficial llega luego de que los indicadores de diciembre evidenciaran una suba de la desocupación, una caída de la construcción privada y una desaceleración de la actividad industrial. Además, los principales bancos estadounidenses dieron a conocer esta semana pérdidas extraordinarias correspondientes al cuarto trimestre de 2007, profundizando la inestabilidad financiera. El Citigroup, primer banco estadounidense por activos, perdió 10.000 millones de dólares luego de devaluar su cartera de activos, a fin de reflejar la desvalorización de los créditos hipotecarios concedidos a familias de precaria solvencia financiera que dejaron de pagar. Lo mismo le ocurrió a Merrill Lynch que informó pérdidas por 9800 millones de dólares.
La combinación de crisis hipotecaria y posible caída del consumo es lo que hace temer una recesión inminente. Las principales consultoras estadounidenses ya le asignan una probabilidad cercana al 50 por ciento. El ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan sostuvo el martes que la economía de Estados Unidos probablemente entrará en recesión si es que ya no lo hizo. “Los síntomas están claramente allí. Las recesiones no llegan suavemente. Se hacen notar por una discontinuidad en el mercado, y es posible describir así las cifras de las últimas semanas”, declaró en una entrevista al Wall Street Journal.
Ben Bernanke, actual presidente de la FED, sostuvo, en cambio, que no habrá recesión y prometió una baja en las tasas de interés para fin de mes. Este funcionario también había reclamado la necesidad de que el gobierno intervenga rápido para apuntalar la actividad. “Para que sea útil, un paquete de estímulo fiscal debe ser implementado rápidamente y estructurado de manera tal que sus efectos se sientan lo más posible en los próximos 12 meses.” No obstante, aclaró que debe ser “explícitamente temporario para evitar estímulos no deseados más allá del corto plazo y, más importante, para excluir un aumento en el déficit estructural del gobierno federal”.
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