El gobierno británico inició ayer el proceso parlamentario para nacionalizar el banco Northern Rock, que pasará a ser propiedad del Estado después de que no prosperaran dos ofertas del sector privado para adquirir la entidad. En septiembre de 2007, el Northern Rock tuvo que ser rescatado por el Banco de Inglaterra, con una deuda de 24.000 millones de libras (32.000 millones de euros), para evitar su quiebra, surgida a partir de la crisis crediticia global, con epicentro en Estados Unidos. Actualmente, los contribuyentes británicos están subsidiando a la entidad con créditos y garantías por un valor de 55.000 millones de libras, cifra que podría ascender a 110.000 millones, dado el elevado pasivo del banco.

El primer ministro británico, Gordon Brown, defendió la polémica medida y aseguró que su administración siempre defenderá los intereses de los contribuyentes. Esta es la primera nacionalización de una empresa privada desde la década de 1970. Según la Autoridad de Servicios Financieros, el banco es solvente y los registros de hipotecas son buenos.

La cotización de las acciones del banco Northern Rock quedaron suspendidas ayer antes de la apertura de la Bolsa de Valores de Londres, tras la decisión del gobierno británico de nacionalizar la entidad. Esta medida le permitiría a la administración Brown quedarse con los títulos del banco antes de introducir la legislación de nacionalización en el Parlamento. En este sentido, el ministro de Economía británico, Alistair Darling, enviará hoy a la Cámara de los Comunes la normativa para avanzar en el proceso de adquisición.

La entidad estará dirigida por Ron Sandler, conocido por haber salvado de la quiebra a la aseguradora Lloyd’s of London en la década de 1990. “No se trata de llevar al banco a la extinción, sino de aportarle estabilidad y convertirlo en un negocio rentable”, graficó Sandler. El ejecutivo adelantó que planea llevar adelante una política lo más agresiva posible, respetando las normas de la Unión Europea sobre ayuda estatal.

Por su parte, el conservador George Osborne indicó que la nacionalización del banco resultó “catastrófica” y agregó que su partido se opondrá a la medida. “El problema con la nacionalización es que descubriremos que es mucho más fácil nacionalizar que desnacionalizar”, ironizó Osborne. Para dejar tranquilos a los accionistas de la entidad, el ministro de Economía adelantó que en la normativa está prevista una compensación que se calculará teniendo en cuenta el valor del banco antes de recibir las garantías del Estado.