El secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, descartó ayer, luego de participar en una reunión del grupo lácteo, la posibilidad de que se produzca un desabastecimiento de leche en el mercado interno. Así buscó contrarrestar las versiones sobre posibles faltantes que surgieron en los últimos días. “No sabemos de dónde provienen los rumores, pero podrían forzar un cierre de las exportaciones y eso sólo favorece a La Serenísima porque vende la mayoría de la producción en el mercado local y así conseguiría precios más bajos”, señaló a Página/12 una fuente oficial que participó del encuentro. El momento de mayor tensión se vivió cuando seis tamberos denunciaron estar siendo perseguidos por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. “Le pedimos que analizara los costos de la industria y lo único que conseguimos fue que nos enviara una intimación solicitando nuestros costos. Nos puso un plazo de cinco días y amenaza con multarnos si no respondemos”, afirmó a este diario uno de los tamberos investigados.

La movida de Moreno era interpretada ayer por empresarios y funcionarios como parte de la interna que mantiene con De Urquiza. “Les manda la cédula de notificación a los tamberos la misma semana que se reúne el grupo lácteo para boicotear las negociaciones que viene llevando adelante Agricultura”, señaló a Página/12 una fuente cercana a De Urquiza. Ambos funcionarios pugnan por imponer sus recetas para garantizar la estabilidad en el precio de los alimentos y se acusan mutuamente de estar haciendo lobby para los privados. Del lado de Moreno sostienen que De Urquiza es funcional a los intereses de los productores. Mientras que en Agricultura ven a Moreno demasiado cerca de las grandes empresas que operan en la industria láctea.

Los tamberos vienen reclamando desde hace varias semanas que el precio de referencia que les paga la industria por cada litro de leche se eleve de 83 centavos a 1,20 peso, pues afirman que el valor actual no les permite afrontar sus costos. Moreno se niega a aceptar el reclamo y propone como solución congelar el precio de los arriendos que pagan los tamberos para bajarles los costos. Incluso afirma que está elaborando un proyecto sobre el tema. En Agricultura, en cambio, sostienen que el congelamiento de los alquileres que pagan quienes producen leche no es la solución porque de ese modo los dueños de la tierra sólo les arrendarían a quienes cultivan soja u otro producto que escape al control de precios del arriendo. Para ellos el problema surge porque la Secretaría de Comercio Interior no pudo controlar los precios de los lácteos en los supermercados y eso genera tensión en el resto de la cadena.

“Los 83 centavos que reciben los productores por litro les son suficientes para afrontar sus costos, pero ellos ven que en los supermercados el precio de la leche fluida aumenta y pelean por una parte de esa renta”, señaló a este diario una fuente de Agricultura. La queja no pasa sólo por el aumento de la leche entera común sino por las múltiples variedades que ha ido lanzando la industria para incrementar sus márgenes. Página/12 detalló el año pasado que La Serenísima, por ejemplo, comercializa 29 variedades de leche fresca entre las que se destacan las leches Infantil, Desalactosada, Fortificada con hierro, Fortificada con azúcar, Extra calcio, Crecer 0 a 6 meses, Crecer de 6 a 12 meses, Crecer 3, Crecer con jugo de frutas, Ser con jugo, Ser con fibra activa y Serecol con fitoesteroles y Omega 3. El litro de leche fluida común aumentó en los últimos meses de 1,60 a 1,80 peso, pero algunas de las versiones más “sofisticadas” llegan a superar los 4 pesos.

En la reunión de ayer no se trató formalmente el pedido de un mayor precio que reclaman los tamberos. El objetivo central fue desactivar la versión sobre un posible desabastecimiento y prometerles a los productores que en los próximos días comenzarán a cobrar más dinero por compensaciones, tal como se había anunciando, pero el tema sigue latente y volverá a la agenda en los próximos días.