Durante el lockout rural, los dirigentes de las entidades del campo se cansaron de decir que la suba de las retenciones había paralizado la actividad del sector y de los pueblos del interior en general. “No se está vendiendo ni una cosechadora”, aseguró Alfredo De Angeli cada vez que tuvo oportunidad para ejemplificar la supuesta gravedad de la situación. Sin embargo, un informe de la consultora Ecolatina, elaborado en base a datos del Indec, reveló que en el primer semestre la venta de maquinaria agrícola subió 10 por ciento y las cosechadoras en particular 29,5, en ambos casos en relación con el mismo período del año anterior.

“La venta es cero”, respondió Manuel Dorrego, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, el 8 de junio al diario La Nación cuando le preguntaron cómo estaba impactando el conflicto rural en la industria. Efectivamente, las ventas de maquinaria agrícola de origen nacional cayeron respecto del primer semestre de 2007, pero sólo 9,5 por ciento (bastante menos de lo que se podría haber previsto a partir del diagnóstico tremendista de Dorrego) y la causa pareciera estar más vinculada al incremento de las importaciones que al impacto provocado por el aumento de las retenciones. De hecho, la suba del 10 por ciento en las ventas generales fue debido a un aumento de 44,8 por ciento en las importaciones. Eso revela que los chacareros siguieron comprando maquinaria, aunque la prefieren importada:

- La venta de cosechadoras subió 29,5 por ciento debido a un crecimiento del 50,7 por ciento en las importaciones, pues la producción local cayó 31,9 por ciento.

- La comercialización de tractores aumentó 13,8 por ciento, apuntalada también por una suba de importaciones (20,7). La producción nacional, por su parte, cayó 6,3 por ciento.

- La venta de sembradoras fue la única que disminuyó (-10,3 por ciento) porque no se importan unidades y la opción son las fabricadas en el mercado interno.

- Los implementos tuvieron mayor demanda y las ventas crecieron 10,2 por ciento, lo cual quedó registrado en el aumento de las importaciones que subieron 85,4 por ciento. La producción local, en cambio, también cayó (-8,4 por ciento).