Martes, 26 de agosto de 2008 | Hoy
EL MUNDO › DE ONCE MIL PRISIONEROS, 198 QUEDARON EN LIBERTAD
Por Juan M. Muñoz *
Desde Jerusalén
Como sucede siempre en estos casos, 198 prisioneros palestinos, todos ellos miembros de Al Fatah o de los partidos que forman la OLP, fueron agasajados como héroes en la sede de la presidencia palestina en Ramalá (Cisjordania) después de que el gobierno israelí los liberara a primera hora. Sin restar relevancia a la excarcelación, se trata sólo de un tibio paso adelante en un proceso de paz encabezado por dos dirigentes carentes de arraigo popular: el primer ministro Ehud Olmert y el presidente Mahmud Abbas.
Quedan 11.000 reclusos en las cárceles de Israel. Sin ir más lejos, la media docena de detenidos ayer de madrugada en Ramalá, entre ellos Sam Rantisi, un activista de familia cristiana que vuelve a la cárcel por tercera vez, aunque se había desvinculado de la actividad militar. A todos aludió el mandatario palestino, Mahmud Abbas: “No habrá paz hasta que no sea excarcelado el último de los reclusos”. La medida del Ejecutivo de Ehud Olmert suscitó la oposición de los partidos de derecha porque entre ellos se hallaban dos palestinos –Said al Atabeh, de 57 años, entró en prisión en 1976 y era el prisionero más antiguo de Israel– que han purgado 30 años entre rejas por matar a israelíes. Otros 26 cumplían sentencias de entre 10 y 16 años. No obstante, la mitad de los reos concluían su condena el año próximo.
Ninguno de los liberados pertenece a Hamas, y tampoco se excarceló a los nacidos en Gaza, territorio gobernado por el movimiento islamista y sometido a un cruel bloqueo económico desde hace catorce meses. Un portavoz fundamentalista aseguró que Israel sólo pretende dividir a los partidos palestinos.
Mark Regev, portavoz de la Oficina del Primer Ministro, dijo que la decisión pretende reforzar al debilitado presidente Abbas e impulsar un proceso de paz que arrancó en Annapolis (EE.UU.) hace nueve meses sin resultados palpables hasta la fecha. Nadie apuesta a que se alcanzará un acuerdo antes de que concluya la presidencia de George Bush, en enero. Entre otros motivos porque Olmert, al que se investiga por delitos de corrupción, ya ha anunciado que abandonará su cargo y sus previsibles sucesores –la ministra de Exteriores, Tzipi Livni; el ministro de Transportes, Saul Mofaz; el presidente laborista y titular de Defensa, Ehud Barak, y, por supuesto, los líderes de la derecha– no desean que adopte decisiones trascendentales en los estertores de su mandato.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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