Lawrence Summers, asesor del área económica del presidente Barack Obama, buscó ayer tranquilizar a las autoridades chinas sobre sus activos depositados en el país. El consejero estadounidense aseguró que Washington es un “celoso guardián del dinero invertido”. La declaración responde a la preocupación que expresó el premier chino Wen Jiabao sobre la “seguridad” de los activos. Más temprano, Summers consideró que el programa del gobierno parece haber estabilizado los gastos de consumo, componente clave para el crecimiento. El portavoz de la Casa Blanca, Rober Gibbs, agregó que “no existe colocación más segura en el mundo que invertir en Estados Unidos”.