“El FMI tiene más plata que nunca y está liderado por un socialista francés que está a la izquierda de Kirchner, porque exige a los gobiernos que bajen impuestos y aumenten el gasto”, decía el 24 de mayo de 2009 el economista Alfonso Prat Gay en una entrevista con Página/12. El ahora diputado de la Coalición Cívica usaba ese argumento para recomendar al Gobierno que volviera a tener relaciones activas con el Fondo, pedido en el que coinciden sectores políticos y empresarios hasta el día de hoy. La versión de que habría un nuevo FMI desde la asunción de Barack Obama en Estados Unidos, al que convenía acercarse, quedó desmentida por múltiples ejemplos. El organismo de crédito está mostrando en la actual crisis europea, y no sólo allí, que no ha cambiado su visión sobre cómo actuar en materia económica, así como tampoco su despreocupación por las consecuencias sociales de las políticas de ajuste.

El patrón de recomendaciones que entregan las misiones “técnicas” del Fondo en distintos puntos del mundo es el mismo que utilizaron en la Argentina hasta el estallido de 2001. El ejemplo más a la vista es el griego, pero no es el único.

- Rumania: el presidente de ese país, Traian Basescu, anunció ayer drásticas medidas de “ahorro y austeridad” para cumplir con las exigencias del Fondo. Se dispuso una rebaja del 25 por ciento en los sueldos de los empleados públicos y un recorte del 15 por ciento en las jubilaciones y pensiones sociales a partir del 1º de junio. También se empezó a trabajar en un plan para reducir el tamaño del Estado, lo que equivale a despidos de trabajadores públicos. “Es como si un hombre gordo (ése es el Estado) estuviera sentado sobre la espalda de un hombre flaco (ésa es la economía privada)”, dijo Basescu, un dirigente de centroderecha. Otra de las medidas que adelantó el presidente es que “serán revisados y mejor sincronizados” 16 subsidios sociales, como los que cubren gastos de calefacción. Rumania acordó a fines de 2009 un “paquete de ayuda” con el FMI por 20 mil millones de euros para enfrentar la crisis. La condición era que aplicara un paquete de ajuste para bajar el déficit fiscal de 7,2 puntos del PIB en 2009 a 5,9 este año.

- España: el FMI promovió un aumento de la edad jubilatoria de 65 a 67 años para equilibrar las cuentas públicas. La entidad destacó que la medida es necesaria porque “hace falta acudir al esfuerzo de todos para ayudar a combatir los fuertes efectos que la crisis tiene en el país”. En la Argentina, en 2001, el FMI había exigido al gobierno de Fernando de la Rúa un aumento de la edad jubilatoria de las mujeres de 60 a 65 años, medida que implementó la entonces ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. Sin embargo, como se instrumentó por decreto, la Justicia dio lugar a las demandas para anular esa decisión.

- Europa: el FMI reclamó a los distintos gobiernos europeos que implementen “rápidamente” planes de reducción del déficit fiscal. Así lo dijo ayer la vocera del organismo, Caroline Atkinson. “Hubo planes lanzados por un número de gobiernos; lo importante es que haya una rápida implementación de los ajustes fiscales planeados”, expresó desde Washington.

- Guatemala: Alejandro López, jefe de la misión del FMI que ayer llegó a Guatemala, reclamó al Congreso que acelere la aprobación de una reforma fiscal. “La economía está en riesgo porque el déficit fiscal permanece en un nivel históricamente elevado”, sostuvo López. El delegado del FMI explicó que si Guatemala quiere renovar el acuerdo con el organismo de crédito, que vence en septiembre, “es fundamental que el Congreso apruebe el presupuesto” con fuertes recortes de gastos y aumentos de impuestos.

- Nicaragua: la entrega por parte del gobierno de un bono salarial para unos 100 mil empleados públicos con fondos de la cooperación venezolana –por fuera del presupuesto– paralizó las negociaciones con el FMI, que pide aclaraciones sobre su impacto en la economía. El Fondo suspendió anteayer la reunión del directorio en Washington con autoridades económicas nicaragüenses para evaluar “el impacto de las medidas económicas recientemente anunciadas y otras asociadas con el programa”. El gobierno anunció el 1º de mayo la entrega de un “bono cristiano y solidario” para empleados públicos equivalente a 25 dólares, que saldrá de los fondos de la cooperación de Venezuela. “No conocería como humano a alguien que se oponga que se le haga un obsequio de 25 dólares a una familia pobre. No entendería eso”, había dicho un día antes el ministro de Hacienda, Alberto Guevara, frente a las versiones de que el FMI castigaría a Nicaragua por aceptar el dinero venezolano.

En aquella entrevista de mayo de 2009, Prat Gay también decía: “No tendría ningún problema en que vuelvan las evaluaciones del Artículo IV si hacemos las cosas bien. En la Argentina agrandamos giles y, entre ellos, a los burócratas del Fondo. Uno se sienta, les explica las cosas y los puede convencer. Hoy están dispuestos a prestar casi sin exigencias. Ahora, si vamos a ser tan estúpidos de pagarles todo cuando no había que pagarles y después dejar pasar la oportunidad de que nos presten...”.