Viernes, 7 de mayo de 2010 | Hoy
ECONOMíA › AFUERA DEL CONGRESO, UNAS DIEZ MIL PERSONAS PROTESTARON
Tras un acalorado debate, casi la totalidad del gobernante Movimiento Socialista Pan Helénico –mayoría en el Parlamento unicameral– votó a favor del proyecto de ley, con el apoyo del partido de extrema derecha Laos.
En medio de fuertes protestas, el Parlamento griego dio luz verde al plan de ajuste económico impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE). Por mayoría absoluta –172 votos a favor, 121 en contra y 3 abstenciones– el gobierno de Giorgos Papandreu aprobó en la tarde de ayer los lineamientos del severo plan de austeridad que le permitirá al país helénico recibir créditos por un valor de 110 mil millones de euros en un último intento por evitar un colapso en su economía. Cerca de 10 mil personas se dieron cita en las afueras del Congreso en repudio a las medidas que implicarán severos recortes salariales tanto en el sector privado como público. Al grito de “Que la crisis la paguen los ricos”, los manifestantes fueron dispersados con violentas represiones de la policía local.
“El futuro de Grecia está en juego. El asunto está claro: o votamos por la ley o el país se va a la bancarrota”, dijo el premier Papandreu en un emotivo discurso frente a los legisladores, previo a la votación. “No lo permitiremos. Haremos todo lo posible para que el país no quiebre”, agregó el mandatario, quien instó tanto al oficialismo como a la oposición a dar el sí por la legislación que permitirá recibir una línea de créditos a tres años de los países de la eurozona y de la entidad financiera mundial.
“El gobierno tiene la responsabilidad de implementar las medidas financieras más difíciles jamás tomadas por este país. Esta es nuestra última jugada”, reconoció por su parte el ministro de Economía, George Papaconstantinou. Tras un acalorado debate, prácticamente la totalidad del gobernante Movimiento Socialista Pan Helénico (Pasok) –que cuenta con mayoría en el Parlamento unicameral– votó a favor del proyecto de ley con el apoyo del partido de extrema derecha Laos. Los opositores, Nueva Democracia, de tendencia conservadora, el comunista Kke y la izquierda radical Syryza votaron en contra. Las abstenciones vinieron de tres legisladores del Pasok, que inmediatamente después de la votación fueron expulsados del bloque por orden del primer ministro.
En las calles de Atenas, las manifestaciones continuaron por segundo día consecutivo. Más de 10 mil personas se reunieron en la céntrica plaza de Sintagma, contigua al Parlamento, para expresar su rechazo a los recortes salariales, el aumento en la edad de jubilación y el incremento de los impuestos –entre ellos el IVA– que supone la ley dispuesta a entrar en vigencia en los próximos días. Escenas de este tipo se repitieron asimismo en varias ciudades del país, con manifestantes de todo tipo: abuelos jubilados, amas de casa y jóvenes desempleados.
Poco después de conocida la votación, la policía debió dispersar a centenares de personas que protagonizaron violentos incidentes en las calles aledañas al Congreso. Un fuerte despliegue policial –que contó con más de 2500 efectivos adicionales llegados desde las provincias a la capital– enfrentó los distintos focos de protestas con gases lacrimógenos y múltiples detenciones. Las imágenes de la televisión mostraron las calles de Atenas llenas de nocturnas fogatas, carros hidrantes y policías antidisturbios que intentaron poner orden a los reclamos de los manifestantes.
Los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, sin embargo, no tuvieron la misma virulencia que anteayer. Temprano por la mañana, cientos de personas desplegaron una cinta negra alrededor del Congreso, en recuerdo de las tres personas muertas el miércoles, producto del incendio de una entidad bancaria provocado por un cóctel molotov. Numerosos activistas desfilaron ayer por delante de la sucursal del banco, dejando flores y velas encendidas en recuerdo de las dos jóvenes mujeres y el hombre –todos ellos empleados de la entidad– que murieron asfixiados al quedar atrapados por el fuego en el edificio de cuatro plantas. Al menos 45 personas, incluyendo 29 funcionarios de policía habían sufrido heridas durante el incidente.
Ayer, los bancos permanecieron cerrados en Atenas en repudio a la muerte de los tres empleados. Asimismo, médicos de hospitales públicos y farmacias de la capital también adoptaron la medida mientras que las investigaciones del caso siguen en curso. Según revelaron testigos presenciales del hecho, el incendio habría sido intencional en represalia porque los empleados no se sumaron a la huelga convocada por los sindicatos. Expertos policiales señalaron que se están investigando las cámaras de seguridad de la entidad, con el objetivo de determinar la identidad de los sospechosos.
La noticia del plan de ajuste griego fue inmediatamente bien recibida por los líderes de la Unión Europea. Mediante un comunicado conjunto, el presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, valoraron la decisión de Atenas e hicieron un llamado a fortalecer los lazos de solidaridad dentro de la eurozona. “El gobierno griego se ha comprometido tomando medidas con gran coraje. Respaldamos su determinación y estamos convencidos que esto le permitirá a Grecia corregir sus retos fiscales y económicos, restaurando la confianza de los mercados”, expresó la misiva dada a conocer ayer.
Se espera que el primer ministro Papandreu viaje hoy a Bruselas, donde se desarrollará una cumbre extraordinaria sobre Grecia, convocada por los jefes de Estado y gobiernos de los 16 países de la eurozona. Allí se intentará disipar cualquier duda sobre la viabilidad del plan de ayuda financiera y se debatirá sobre la capacidad de Europa para evitar el contagio de la crisis, un tema que preocupa fuertemente al Viejo Continente.
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