ECONOMíA › PAUL O’NEILL NUEVAMENTE SE REFIRIO A ARGENTINA
“En la dirección correcta”
El secretario del Tesoro estadounidense, Paul O’Neill, volvió a afirmar que el gobierno argentino parece estar “encaminado en la dirección correcta”. No obstante insistió en que el país debe reestructurar su sistema impositivo y renegociar su deuda externa. Tales parecen ser las conclusiones de haber pasado “mucho tiempo” analizando cómo ayudar a la Argentina a desarrollar un “plan económico sustentable”. Por su parte, el presidente Eduardo Duhalde consideró que “si nos ayudan va a ser mucho mejor para nosotros, caso contrario, Argentina saldrá lo mismo, porque el nuestro es un país que tiene todas las condiciones para salir de la situación en que se encuentra”. Claro que “si no nos dan una mano, va ser muy difícil salir”, matizó. El Presidente agregó también que el FMI “no es absolutamente inocente de lo que nos sucede”.
Si se trata de responder preguntas rápidas sobre la economía de países remotos, el manual del buen funcionario –tanto de organismos multilaterales de crédito como del Tesoro de Estados Unidos– incluye algunas muletillas que permiten salir airosos. Entre las más repetidas para el caso argentino se cuentan dos: las medidas, el presidente, el gobierno, etc. “va en la dirección correcta” y, la más reciente, el país debe presentar “un plan sustentable”. La primera es el visto bueno parcial, la antesala de la gran recepción, la segunda ya incorpora la voz admonitoria. Sustentable es sinónimo de ajuste para cumplir con “los compromisos” internacionales. Como se ve, O’Neill no se privó ayer de ninguno de estos lugares comunes. Y es probable, además, que vuelva a repetirlos una y mil veces en los próximos días. Las mismas frases también fueron usadas por los máximas autoridades del FMI. El propio Horst Koehler, número 1 del organismo, la utilizó indistintamente para países africanos, para José Luis Machinea, para Domingo Cavallo y, más recientemente, para Jorge Remes Lenicov. A juzgar por los resultados de los que ya no están, es claro que “ir por el buen camino” no significa necesariamente ir por el buen camino.
En directa relación con los caminos propuestos por el Fondo, Duhalde recordó desde Santiago del Estero que “en plena recesión, el FMI nos ponía como ejemplo en el mundo y ese ejemplo terminó dos años después con 14 millones de personas bajo la línea de pobreza y dos millones de argentinos que de la clase media pasaron a revistar en categoría de pobres, con toda la gran industria argentina o la mayoría extranjerizada, con un sistema bancario y empresas quebradas, terminamos en esto: en la quiebra del Estado”, describió.
Al hablar ante el Club Económico de Chicago, O’Neill aseguró que el Tesoro estadounidense dedicó “mucho tiempo” al análisis de la situación argentina. De la inversión de todo este tiempo surgió que “la Argentina debe resolver sus problemas fiscales y redefinir su sistema tributario”, que estimó no funciona. Luego, el paso siguiente es tratar “la renegociación de su deuda externa”. Cabría preguntarse para qué se gastó tiempo extra en llegar a conclusiones que desde Estados Unidos y el FMI ya se recomendaban desde antes.
Duhalde se refirió también al reclamo de “un programa sustentable”. Para el Presidente, “un plan sustentable significa tener ayuda de organismos internacionales”. Sobre todo porque “la Argentina está en una situación muy especial, está quebrada”, agregó. “A un país que está en esta situación (...) se le pide que haga en pocos días lo que no se hizo en años, y además el staff del Fondo no es absolutamente inocente de lo que sucede”, concluyó.
En otro orden, Duhalde aceptó la imposibilidad de destrabar la economía mediante la apertura del corralito. “Si el destrabe se hace más rápido, corremos el riesgo de que se vaya el dinero al dólar y se produzca un proceso inflacionario o hiperinflacionario, con lo cual estaríamos en una escalada totalmente inconveniente para los intereses argentinos”, explicó.