El Club de París está compuesto por 19 países, pero los pasivos impagos de la Argentina corresponden a 15 miembros más Israel, que es miembro adherente del grupo. Alemania concentra el 34,2 por ciento de la deuda, seguido por Japón con el 26,2 por ciento. Mucho más atrás se ubican Holanda, Italia y Estados Unidos, con porcentajes que no superan el 8 por ciento cada uno. El resto son pasivos más pequeños. Australia, Irlanda, Noruega y Rusia son los únicos participantes del foro con quienes Argentina no arrastra acreencias. La deuda desde fines de 2001 asciende a 6500 millones de dólares. A esa cifra se le deberán sumar vencimientos de capital e intereses acumulados desde entonces. En 2011, el monto que surgió de la última negociación alcanzó los 9000 millones de dólares. Uno de los puntos del acuerdo que comienza gira alrededor del monto de intereses punitorios a pagar por el país.

La renegociación de la deuda impaga con el Club de París no es novedosa. En septiembre de 2008, CFK anunció que se cancelaría en un pago con reservas del Banco Central –el 14 por ciento de ese momento– por 6706 millones de dólares. El estallido de la crisis financiera internacional, con la caída del banco Lehman Brothers a los pocos días del anuncio, volvió inoportuno avanzar. Tampoco prosperaron los intentos de 2010 y 2011.

“El grueso de la deuda con el foro, muchas veces renegociada, proviene de la última dictadura militar. Este Gobierno no comparte las políticas económicas que llegaron al sobreendeudamiento”, afirmó ayer Kicillof. Alrededor de la mitad de los compromisos impagos son previos a 1983, fundamentalmente tomados durante la última dictadura. El 9 por ciento de la deuda corresponde al gobierno de Raúl Alfonsín, mientras que el 42 por ciento restante se asumió durante los mandatos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. En total se realizaron siete renegociaciones: 1956, cuando nació el Club de París, 1965 (Illia), 1985 y 1987 (Alfonsín) y las restantes en 1989, 1991 y 1992 (Menem).