ECONOMíA
El mejor y más cariñoso
Aunque criticado en el país, el acuerdo que Argentina firmó con el Fondo Monetario Internacional cosecha elogios en el exterior –lo que no necesariamente es bueno–. “Este acuerdo es claramente, hoy, uno de los mejores que un país haya obtenido jamás”, exageró el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Y fue más allá en su entusiasmo, al afirmar que “esto refleja cambios en el seno del FMI ya ilustrados estos últimos dos años por el acuerdo con Brasil y por el reconocimiento oficial de los riesgos de la globalización financiera.” Al mismo tren se subió el ultraortodoxo economista chileno Felipe Larraín, para quien el acuerdo “es el más cariñoso” que ha alcanzado el Fondo en mucho tiempo. Para el experto de la Universidad Católica trasandina ello no fue fruto sólo de los afectos, sino el resultado de la combinación entre “un sentimiento de culpa del FMI” por cómo manejó el caso argentino en los ‘90, la capacidad de presión de “un deudor del nivel de Argentina” por el monto de sus compromisos y la decisión de “un presidente (Kirchner) con gran respaldo popular y que no tenía mucho que perder”.