ECONOMíA › ADVERTENCIA DE CHINA A EE.UU.
A la guerra por el acero
China y Estados Unidos avanzan hacia lo que podría ser la guerra comercial más grande del mundo. La tensión entre ambos países viene en ascenso, sobre todo después de que Estados Unidos decidió no acatar un fallo de la Organización Mundial de Comercio que declaró ilegales las sobretasas que aplica a las importaciones de acero. Frente a esa actitud y a otra decisión polémica adoptada por el gobierno de George Bush, de imponer trabas a las importaciones de textiles chinos, el viceministro de Comercio de ese país, Ma Xiuhong, manifestó que el gobierno de Pekín podría elevar aranceles para algunos productos exportados por Estados Unidos.
“Estamos estudiando proyectos en ese sentido”, declaró el funcionario, sin especificar cuáles o qué cantidad de productos se verían involucrados, pero admitiendo que habría represalias ante la postura de Washington. Si Argentina hubiera resuelto desoír un fallo de la OMC como lo hizo Estados Unidos, tanto ese país como los organismos internacionales y los economistas locales que reflejan la visión de la city hubieran hecho un escándalo mayúsculo, pero nada de eso ocurrió frente a la actitud de Bush.
Más curioso aún es que en medio de un grave conflicto comercial entre dos potencias mundiales, las autoridades del FMI, Horst Köhler, y del Banco Mundial, James Wolfensohn, difundieron ayer una declaración conjunta en la que instaron a dar un nuevo impulso a las conversaciones para liberalizar el comercio mundial, “la herramienta más efectiva para reducir la pobreza”. La carta se dio a conocer en coincidencia con la reunión en Miami por el ALCA. Pero en ella no hubo ninguna mención al conflicto entre Estados Unidos y China.
Las tensiones entre esos países se agudizaron el último martes, a raíz del anuncio de Washington de que proyecta fijar nuevas cuotas a las importaciones de ciertos textiles chinos, lo que suscitó temores de una guerra comercial y provocó la caída del dólar y de las bolsas. “El gobierno chino se reserva el derecho de adoptar medidas” a modo de represalias, contestó Pekín ayer. El viceministro de Relaciones Exteriores, Zhu Wenzhong, declaró que su gobierno estaba “afectado” y “descontento” por la decisión estadounidense, que fue adoptada, dijo, “pese a la oposición de China”.