La planta de Volkswagen dedicada a la fabricación de cajas de velocidades MQ 200, destinadas al mercado brasileño, aplicará desde el próximo lunes un sistema de suspensiones rotativas que afectará a unos 130 trabajadores, quienes pasarán a percibir el 75 por ciento de sus haberes regulares. Así lo informó el Smata. “Trabajamos con mucha preocupación en la búsqueda de que la medida tenga el menor impacto posible, de manera que la cantidad gente afectada se minimice”, dijo Leonardo Almada, del sindicato. “Esa caja de cambios es toda de exportación, se cayeron contratos e inmediatamente queda afectado el volumen de producción. Brasil está muy complicado, pero no es sólo eso, hay menos demanda en todos lados”, plantean desde Adefa. La suspensión en la fábrica automotriz y la descripción sobre la demanda mundial choca de frente con la concepción del macrismo sobre el funcionamiento de la economía nacional, cuyo estancamiento significaría “desaprovechar las oportunidades que ofrece el mundo”. Además, el Gobierno plantea que la devaluación de por sí soluciona los problemas de los exportadores. Volkswagen recibe un 50 por ciento más de pesos por sus ventas al exterior y sin embargo no puede colocar las cajas de cambio porque el mercado de Brasil está en el subsuelo. La producción industrial cayó 8,3 por ciento el año pasado y en particular el sector automotor en el país vecino derrapó un 25,9 por ciento, lo que constituye según Anfavea, que nuclea a las terminales automotrices radicadas en Brasil, “una crisis sin precedentes”. Las empresas argentinas que forman parte de Adefa esperan que este año la situación en Brasil sea todavía peor que en 2015.