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Los concesionarios de trenes urbanos no tienen sus tarifas dolarizadas, pero sí planes de inversión atados al precio del boleto o a un inexistente subsidio estatal. Es otro conjunto de concesionarias –en este caso dominadas por las empresas locales– con las que Eduardo Duhalde deberá encarar una no menos compleja negociación. En virtud de contratos renegociados durante el menemismo pero admitidos luego por el gobierno de Fernando de la Rúa, las operadoras del Mitre, Sarmiento, Belgrano Norte, Sur, Roca y San Martín deberían haber aumentado 10 centavos cada sección desde el primero de enero. La recaudación a obtener por esta vía integraría un fondo destinado a costear inversiones, que el Estado ya no puede subsidiar más. Por el contrario, las empresas sostienen que el Tesoro Nacional les debe alrededor de 200 millones de pesos por la subvención impaga y, al mismo tiempo, que si no se hacen ya imprescindibles inversiones en vías muchos servicios urbanos corren el serio riesgo de colapsar. Adolfo Rodríguez Saá había designado como secretario de Transporte a Marcelo Salinas, técnico que durante el menemismo se desempeñó en subterráneos residual y asesoró al ex secretario de Transporte Armando Canosa. Esos antecedentes difícilmente le sirvan para convencer a los duhaldistas de que debe permanecer en el cargo. Mientras el fugaz presidente puntano derrochaba energía desde la Rosada, las concesionarias de trenes alcanzaron a reunirse con Salinas para reclamarle un plan de emergencia que podría incluir una “tarifa plana”. Esta significaba igualar en 70 o 75 centavos todos los tramos ferroviarios, rebajando los viajes más largos pero encareciendo los más cortos, en los que se concentran mayor cantidad de pasajeros.