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El Gobierno pasó el primer test con una nota más que aceptable. El dólar paralelo se movió ayer entre 1,45 y 1,50 peso, nivel que se encuentra dentro de los cálculos más optimistas del equipo económico. Si todo sigue así, la salida de la convertibilidad no habrá sido tan traumática como se imaginó por años. Sin embargo, en el Palacio de Hacienda saben que el juego recién comienza y que deberán aprobar muchos otros exámenes antes de que puedan cantar victoria. Uno de ellos es conseguir el auxilio financiero del FMI.
Una misión técnica del organismo comenzó a desembarcar en Buenos Aires, y se especulaba con una visita relámpago del jefe de auditores de la Argentina, Tomás Raichman. Jorge Remes Lenicov, en tanto, se entrevistó con el embajador estadounidense, James Walsh, mientras George Bush hacía llegar sus deseos de “éxito” al gobierno argentino.
Ayer hubo pocas operaciones en la city por los feriados cambiario y bancario –este último, parcial–, pero quienes fueron a trocar dólares se encontraron con ofertas de los reaparecidos “arbolitos” de 1,35/1,40 para la compra y de 1,45/1,50 para la venta. La Bolsa no operó y lo hará recién mañana, cuando se levanten los feriados. Ahí será cuando se produzca el verdadero día D, porque los bancos y casas de cambio podrán operar libremente y se supone que habrá mayor afluencia de público.
En la city advertían que los papeles de compañías argentinas que cotizan en Nueva York sufrieron fuertes caídas. La acción de Pérez Companc, por ejemplo, retrocedió de 1,22 a 0,96, debido a que las retenciones a las exportaciones energéticas afectarán las ganancias del grupo. Como la participación de Pérez Companc en la composición del índice MerVal de la Bolsa porteña es del 31 por ciento, se supone que cuando reabra el mercado habrá una baja del orden del 7 por ciento. “Durante diciembre mucha gente se refugió en acciones previendo la devaluación. Es posible que si ahora se produce un retroceso importante del MerVal, muchos liquiden sus posiciones para correr al dólar. Y eso podría hacer aumentar su cotización” en el mercado libre, explicó el consultor Rafael Ber, de Argentine Research, en diálogo con Página/12.
La posibilidad del traspaso de pesos ahorrados en acciones a inversiones en dólares aumenta la incertidumbre por lo que pueda pasar con la cotización del billete verde cuando se levante el feriado cambiario. Este es uno de los temas que observarán tres delegados del FMI que llegaron a Buenos Aires. Ayer estuvieron en Economía recopilando información. Un miembro del equipo económico dijo a este diario, esperanzado, que “el FMI está listo para ayudar a la Argentina”. “Están conformes porque se sinceró la situación con la salida de la convertibilidad”, enfatizó. Sin embargo, reconoció que “hubieran preferido que se pasara a un sistema de flotación, sin escala previa en un tipo de cambio fijo para el comercio exterior y otro libre para operaciones financieras”, agregó.
Desde Estados Unidos, Bush hizo llegar una nueva palmada en la espalda al Gobierno –como hizo antes con los de Adolfo Rodríguez Saá y Fernando de la Rúa–, al anticipar que apoyará un eventual acuerdo con el FMI. Así lo transmitió el embajador Walsh, quien se entrevistó con Remes Lenicov. Más allá del respaldo, las casas matrices de los bancos estadounidenses que tienen filiales en Argentina estuvieron ayer analizando el impacto de la devaluación y del default sobre sus activos. La inversión global de esos bancos en el país es de unos 10 mil millones de dólares.