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RICARDO FUENTE*.

“Todavía es prematuro”

“Es prematuro evaluar la evolución de la inflación a partir de la lectura de un solo índice, que encima ha estado fuertemente afectado por cuestiones de estacionalidad. Para tener una mejor impresión, se debe esperar a un mes clave como marzo, donde a las subas en alimentos y equipamiento para el hogar se les puede sumar indumentaria. La primera impresión es que en el corto plazo los acuerdos de precios sirvieron para frenar la inercia inflacionaria. Ahora lo que resta es llevar adelante una política anticíclica que sirva como señal de que se está ahorrando en serio. Para ello, el Gobierno puede recurrir al fondo anticíclico y/o utilizar los recursos que ingresan por sobre lo presupuestado para comprar dólares a través del Banco Nación. De ese modo, se le quita presión al Central. El resto va a depender de la racionalidad que adquiera la negociación salarial. Si las subas son razonables y pueden ser absorbidas sin tener que trasladarlas a precios, es probable que la inflación anual se mantenga dentro de la banda que proyectó el Central.”

* Economista de Ecolatina.

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ROBERTO DVOSKIN*.

“Los acuerdos se cumplen”

“El índice de inflación no me sorprendió porque los acuerdos de precios se están cumpliendo. Además, febrero es un mes de estacionalidad negativa por la liquidación de textiles y turismo. Alimentos y bebidas alcanzó el 1 por ciento por el arrastre estadístico de la segunda quincena de enero, pero los precios se han ido desacelerando y es probable que en marzo el índice de ese rubro termine siendo más bajo. Hasta ahora la política de administración de precios del Gobierno es un éxito, pero hay que tener en cuenta que todavía no hubo aumentos en las tarifas de servicio público, ni cambios estructurales que garanticen una mayor capacidad instalada a partir de un aumento de la inversión. Además, los aumentos salariales, como el otorgado recientemente a los maestros, todavía no impactaron. Es probable que el índice de inflación se sitúe entre 0,7 y 0,8 por ciento mensual, manteniéndose dentro de las previsiones gubernamentales. Si ése es el costo que tiene que pagar el Gobierno por no frenar la actividad económica, es un costo bajo, pues siempre es mejor que la gente consuma.”

* Economista de San Andrés.

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LUIS SECCO*.

“El índice me sorprendió”

“El índice de inflación sorprendió. Antes de que se comenzaran a firmar los acuerdos de precios se esperaba un 4 por ciento de inflación para el primer bimestre y una vez que se empezaron a firmar se esperaba un 3, pero terminó dando 1,7 por ciento. No obstante, en alimentos y bebidas la inflación sigue siendo alta, sobre todo si se toma en cuenta que la mayoría de los acuerdos están concentrados ahí. Es importante señalar que el Gobierno controla el índice de precios, pero no controla la inflación. La inflación es un fenómeno macroeconómico y no se lo puede atacar sólo con políticas micro. La clave pasa por la inversión, la política fiscal y la monetaria y ahí no hubo cambios con relación con lo que se venía haciendo cuando se aceleró la inflación. Por lo tanto, la duda es cuánto va a durar el efecto que generan los acuerdos de precios, sobre todo tomando en cuenta la presión salarial de empleados públicos y privados. Mi sensación es que en algún momento el Gobierno va a tener que soltar el piloto automático y empezar a atacar las causas estructurales.”

* Economista.