Las vacas no sólo pasaron a primer plano por la pelea de la carne. También existen tironeos por el cuero. El precio de ese producto se incrementó 50 por ciento en lo que va del año y pone presión sobre el resto de la cadena industrial. También dejó al borde de la crisis a los trabajadores del sector: desde el gremio que nuclea a los curtidores advirtieron sobre posibles pérdidas de puestos de trabajo para el caso de que el cuero no baje de precio. Los fabricantes de calzados, afectados por la situación, desestimaron trasladar al público esos aumentos.

Las curtiembres aducen que la suba del cuero se debe a la caída en el volumen de la faena, que cayó un 20 por ciento en el último semestre, de acuerdo con los datos de la cámara del sector. Los empresarios evaden las polémicas, pero por lo bajo admiten que los frigoríficos que les proporcionan el cuero tienen también parte de la responsabilidad por los últimos aumentos.

La situación pone en riesgo los acuerdos firmados entre la cadena industrial y el Gobierno con el objetivo de mantener los precios de los productos. Ayer, en medio de los festejos por el 90º aniversario de la Cámara del Calzado, Horacio Moschetto, secretario general, desestimó, en diálogo con este diario, que los calzados vayan a aumentar. “Firmamos por 180 días, que vencen en septiembre, y tendremos los valores congelados hasta ese momento”, prometió el empresario. Desde el sector aseguran que absorberán los mayores costos, ya que sería imposible modificar la lista de precios que recibieron los comerciantes. “Estamos a punto de cerrar la actual temporada. No podemos hacer cambios ahora”, añadió Moschetto. La suba del cuero tendría, en cambio, impacto en los artículos de marroquinería y en los de tapicería.

Desde la Federación de Trabajadores del Cuero enfatizaron que la escasez de cuero pone en peligro la subsistencia de “15 mil puestos de trabajo”. Eduardo Wydler, representante de los dueños de curtiembres, marcó diferencias. En lugar de cargar culpas sobre la suspensión de las exportaciones de carne, indicó que la apertura de las importaciones podría poner techo al precio del cuero. “Sería un paliativo. Podríamos traer cuero desde Brasil de 2,40 a 3,60 pesos por kilo, aunque sean de menor calidad. No sería la solución pero saldríamos de la crisis”, explicó.