Una de las novedades incorporadas por el Indec en la metodología de captación de datos, a través de las encuestas de hogares, es interrogar sobre las diversas modalidades de obtención de ingresos, monetarios o en especie, que utilizan los hogares para su manutención. Según apunta el Indec en el informe semestral dado a conocer ayer, “entre las fuentes no monetarias se indaga si los hogares reciben mercaderías, ropa y/o alimentos provenientes del gobierno, iglesias, escuelas, etcétera”. La intención del Indec es obtener mediante esta metodología “una mejor caracterización socioeconómica de la cantidad de hogares que reciben este tipo de ayuda”. Con ese objetivo, el Indec ofreció un primer informe para el semestre pasado, según el cual del total de hogares que reciben ingresos en especie, el 36,2 por ciento no son pobres. El resto se distribuye entre un 35,7 por ciento de hogares pobres no indigentes y el 28,1 por ciento en condición de indigentes. Esta evaluación no incluye a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar cuando está otorgado a cambio de una contraprestación laboral. Tampoco se incluye una cuantificación del valor monetario de los bienes o ingresos en especie, por lo cual no se incorporan como ingreso familiar sumado a los recibidos en dinero.