Para el diputado Claudio Lozano la presentación realizada ayer por Miceli sobre el proyecto de Presupuesto 2007 “es una reedición de la exposición realizada un año atrás por parte de Roberto Lavagna”. “El enfoque de la política económica es exactamente el mismo: la fórmula presidencial del 2007 podría ser Kirchner-Lavagna”, ironizó el legislador, integrante de la CTA.

Lozano, integrante de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, analizó en un documento los principales puntos del proyecto de ley enviado por el Ejecutivo. Son los siguientes:

- En el 2006, el Gobierno gastará 12.032 millones de pesos más de lo que figuraba en el Presupuesto y una parte significativa (2063 millones) se destinaron a mayores pagos de la deuda pública. Además, las transferencias corrientes y de capital al sector privado (rubro que incluye subsidios a empresas privadas de transporte y energía) se incrementaron en 4954 millones de pesos.

- De los 12.000 millones adicionales con que contó el Ejecutivo, por fuera de la asignación parlamentaria, se desconoce el destino de unos 7500 millones de pesos.

- La tasa de crecimiento del PBI del 4 por ciento en la que se basa el Presupuesto 2007 implica que durante el segundo semestre del año próximo la economía debería caer en recesión. “Lejos de suponer prudencia, como dice la ministra Miceli, estamos en presencia de un planteo irracional y mentiroso que sólo busca ocultar recursos públicos de los que, de otro modo, habría que debatir democráticamente su asignación”, disparó Lozano.

- Con esta subestimación del crecimiento se ocultan para el 2007 recursos excedentes por más de 8000 millones de pesos.

- La escasa vocación oficial para debatir la asignación de los recursos públicos se observa en el hecho de que entre lo explicado en el 2006 y lo propuesto para el 2007 se esfumarán del debate parlamentario unos 15.500 millones de pesos.

- El proyecto oficial repite la lógica de cuño neodesarrollista que privilegia, luego de pagar la deuda pública, el apoyo a la inversión privada de las principales empresas del país vía desgravaciones, regímenes promocionales y subsidios. La filosofía detrás de la propuesta oficial es que “el crecimiento derramará”. En términos reales, el gasto en servicios sociales aumenta sólo 9 por ciento respecto de 1998 y mientras que el gasto social per cápita cae 8 por ciento.