ECONOMíA › APUESTA DE LA INDUSTRIA AL DOLAR ALTO

En defensa del modelo

 Por D. C.
Desde Córdoba

Más allá de las diferencias con el Gobierno por la política de acuerdos de precios y las críticas por la situación energética, la Unión Industrial Argentina decidió mostrar su apoyo al modelo económico. Elaboró un informe que destaca las bondades del plan y consideró que la Argentina se encuentra frente a una oportunidad histórica. “Por primera vez en un siglo se logrará un crecimiento de cinco años consecutivos a un ritmo mayor al 4 por ciento cada año”, apunta el documento. La central fabril tomó la decisión política de defender el tipo de cambio alto, intentando jugar el papel que en los noventa desempeñaron los bancos y las privatizadas en respaldo de la convertibilidad.

“Hoy nos encontramos con un crecimiento alto y sostenido durante 17 trimestres consecutivos. Es un hecho prácticamente inédito”, valoró Héctor Méndez, presidente de la central fabril, al exponer junto a Felisa Miceli en la apertura de la conferencia industrial. Más tarde, el economista Diego Petrecolla, director del Centro de Estudios de la UIA, expuso el documento que muestra que desde 1900 en adelante la Argentina logró crecer tan sólo en cuatro oportunidades cuatro años consecutivos a tasas superiores al 4 por ciento cada año. Como la perspectiva es que 2007 también registrará una fuerte expansión, anticipó que eso será por primera vez en un siglo.

José De Mendiguren, integrante de la mesa chica de la conducción de la UIA, explicitó que los sectores “desarrollistas” no cuentan con los recursos que tenían los sectores ortodoxos la década pasada. “Para defender el ajuste hay universidades y centros de estudio. Con este informe iniciamos un trabajo de reflexión sobre el nuevo modelo”, apuntó.

El documento compara la evolución de las principales variables macroeconómicas en distintas etapas. Entre otras, el PIB y la inflación. Así, en 1982-83 el crecimiento real fue de 0,5 y el aumento del Indice de Precios del 254 por ciento. En 1986-87, del 4,8 y 110 por ciento. En 1990-91, del 4,4 y 1242 por ciento. En 1996-97, del 6,8 y 0,3 por ciento. Y entre 2003 y 2005, el PIB avanzó 9,0 puntos y la inflación fue del 9,1 por ciento. La conclusión, que se repite en los demás gráficos, es que la etapa actual es la más próspera en 25 años y, como ya se señaló, de las mejores en un siglo.

“Los países petroleros también crecen pero no tienen desarrollo”, advirtió De Mendiguren, para ponerse al amparo de las críticas que la misma central fabril hizo a la convertibilidad desde mediados de los noventa. Petrecolla, autor del informe, opinó que “no hay problemas estructurales a la vista”. Incluso descartó que la inflación sea una preocupación. “Después de la devaluación que tuvimos, la inflación es baja”, puntualizó.

De Mendiguren consideró que los acuerdos de precios son “un puente de plata hasta que maduren las inversiones” y se pronunció a favor de fijar un “pacto social” que permita salir de esa política de manera no traumática. La UIA no tuvo eco con esa propuesta, pero intenta reflotarla.

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