A puertas cerradas, los empresarios que participaron del Coloquio de IDEA definieron cuáles son sus prioridades. Dedicaron a esa tarea la mayor parte del día, en las denominadas “sesiones de diálogo”. Al final de la tarde, antes del último panel a cargo de Horacio Elizondo, el presidente de la conferencia, Enrique Pescarmona, leyó las conclusiones. Allí aparecieron, aunque con lenguaje ambiguo, algunas críticas hacia el Gobierno. Por ejemplo, que debería pasar “del diagnóstico a la acción” y “afrontar el cómo, especialmente en el largo plazo”. Pero también afloraron las tensiones internas de la entidad, por una falta de “compromiso” para opinar “sobre temas conflictivos”. “Me encanta, esta es la libertad que tiene que tener IDEA para que salgan estas cuestiones”, remató Pescarmona.

En las sesiones, algunos empresarios plantearon que IDEA debería intervenir con mayor peso en el debate social, sin temor a represalias del Gobierno. Paradójicamente, eso quedó expresado en una frase bastante intrincada: se necesita “fortalecer la actitud empresaria de compromiso ante la discusión de los temas potencialmente conflictivos”. De una manera más cruda, días atrás dijo lo mismo el diputado Francisco de Narváez, uno de los miembros del grupo El General que respalda la candidatura de Roberto Lavagna. Al pasar por el Coloquio, se quejó porque las cámaras empresarias no se animan a hablar.

Otras conclusiones de las sesiones de diálogo fueron que habría que “construir calidad institucional a través de una verdadera meritocracia”, “desarrollar mecanismos efectivos de participación”, “considerar a la educación y la ética como temas mandatarios de toda agenda” y “propulsar reglas claras y simples como mejor camino a su cumplimiento”.

A la vez que redactaron esas premisas, 204 ejecutivos contestaron una encuesta sobre los diez temas que consideran más importantes y los diez que estiman más urgentes. El estudio fue realizado por la consultora oficial de IDEA, a cargo de Eduardo D’Alessio. El especialista cruzó esos datos y llegó a la conclusión de cuáles son las cinco prioridades de los ejecutivos.

El 67 por ciento opinó que la primera es la creación de programas de capacitación y reinserción laboral para integrar al 20 por ciento más pobre de la población. En segundo lugar, el 57 por ciento sostuvo que hay que adecuar la oferta energética para sostener el crecimiento económico. Después, con 54 por ciento, se pidió “promover la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas”. Dicho de otro modo, más de la mitad de los empresarios de IDEA entiende que el Gobierno debería esforzarse más en esos puntos.

Unos escalones más abajo, el 33 por ciento insistió en que el sector público y el privado deberían coordinar acciones para “calificar recursos humanos, con énfasis en los sectores más cadenciados”. Y con 32 por ciento, se sugirió “potenciar y aumentar áreas nacientes”, en referencia a sectores productivos, de servicios y tecnológicos, y a la generación de nuevas empresas. En este punto, se propuso triplicar los gastos en investigación y desarrollo, hasta llegar al 1,2 por ciento del PIB, aunque con participación del sector privado.