ECONOMíA › HANS TIETMEYER APUNTO AL PROYECTO MENEMISTA
“La dolarización no sirve”
“No se puede comprar confianza con la credibilidad de otro”, expuso Hans Tietmeyer en una reunión con senadores justicialistas en la tarde de ayer. El ex presidente del Bundesbank estaba cuestionando algunos aspectos de la Convertibilidad, como el hecho de haber instalado la idea de que un peso era un dólar. Las reflexiones sobre el anterior régimen cambiario fueron una introducción a una definición tajante del “experto”: “La dolarización no sirve para Argentina”. Tietmeyer recalcó en distintos encuentros con legisladores, economistas y empresarios su oposición a ese plan, en línea con la número dos del FMI, Anne Krueger, y en contra de la idea de Carlos Menem y sus economistas del CEMA.
En una semana que está resultado una pesadilla para el ex presidente, Tietmeyer también enfatizó que “los problemas de Argentina no se generaron en los últimos seis meses sino en los últimos seis años”. El ex jefe del Banco Central de Alemania recordó que a mediados de la década pasado advirtió que mantener la convertibilidad con déficit fiscal financiado con endeudamiento era explosivo, y que todo terminaría en una crisis. Su opinión coincide con la de la delegada del Banco Mundial para América latina, Myrna Alexander, quien esta semana también culpó a Menem y a Roque Fernández por no haber salido de la convertibilidad en 1997.
Los “notables” expresaron que el camino correcto para evitar una fuerte depreciación del peso es conseguir el equilibrio fiscal y fijar estrictas pautas de emisión monetaria. Tietmeyer fue ayer quien más habló durante las reuniones con diputados y senadores. Sin embargo, en el encuentro con estos últimos, el delegado español, Luis Angel Rojo, dio la nota al intentar despegarse de la imagen de lobbista de los bancos de su país. “Yo no represento a nadie”, empezó diciendo de entrada, para luego dar un minucioso informe de las pérdidas de los bancos Río y BBVA Francés desde que comenzó la crisis, justo cuando un senador cuestionaba que las entidades financieras le quieren hacer pagar el costo de su crisis al Estado.