El costo de la canasta básica alimentaria mostró durante julio un incremento del 0,7 por ciento. Así, una familia tipo (matrimonio y dos hijos) necesitó de 432,52 pesos para no caer debajo de la llamada línea de la indigencia. Según los datos del Indec, la canasta básica total, que además de alimentos incluye gastos en transporte, indumentaria y otros servicios, también se encareció 0,7 por ciento. De esta manera, el mismo grupo familiar, integrado por dos adultos y dos menores de 5 y 8 años, necesitó de 929,93 pesos para no caer debajo de la línea de pobreza.

Según cifras oficiales, al término del segundo semestre de 2006, la pobreza afectaba al 26,9 por ciento de la población, por debajo del 31,4 del primer semestre. Mientras que la indigencia alcanzaba a fines del año pasado al 8,7 por ciento, por debajo del 11,2 por ciento de mediados de 2006. Sin embargo, los técnicos del Indec denunciaron que, como desde enero se empezaron a manipular los resultados del índice de precios al consumidor, las mediciones de pobreza e indigencia de este año ya no serían comparables con las de 2006. Y, peor aún, registrarían para el Indec niveles menores a los reales. Precisamente, hace poco más de un mes, Cynthia Pok, entonces directora de la Encuesta Permanente de Hogares, se negó a elaborar los datos de pobreza e indigencia hasta tanto la conducción del Indec no explicitara los “cambios metodológicos” introducidos al índice de precios al consumidor. Después de ese episodio fue desplazada de su cargo.