Miércoles, 2 de abril de 2008 | Hoy
EL MUNDO › HABLA BLANCA OVELAR, CANDIDATA DEL HISTóRICO PARTIDO COLORADO PARAGUAYO
A pesar de provenir del partido con el que Alfredo Stroessner y sus sucesores gobiernan Paraguay desde hace 61 años, la ex ministra de Educación del actual presidente, Nicanor Duarte Frutos, se presenta como agente del cambio.
Por Mercedes López San Miguel
Mide un metro ochenta y dos, luce un trajecito azul marino, peinado de peluquería y mucho rimmel. Blanca Ovelar duda ante la pregunta de con qué mujer se identifica de las actuales mandatarias del mundo. Después de una pausa, dice admirar a Cristina Fernández, con quien se encontró ayer en Buenos Aires. La candidata a presidente de Paraguay por el eterno Partido Colorado menciona como al pasar que ella no representa los errores de su agrupación, ni la herencia del dictador Alfredo Stroessner, ni las acusaciones de corrupción en contra del actual gobierno. La ex ministra de Educación va tercera en los sondeos, detrás del ex obispo Fernando Lugo y el general golpista Lino Oviedo de cara a los comicios del 20 de abril.
–¿Cómo interpreta el desafío de tener que enfrentarse en estas elecciones a un militar y a un obispo?
–Es una elección singular, que no tiene antecedentes en mi país. En primer lugar por la presencia de una mujer, y también por la presencia de un ex obispo y de un militar retirado. Yo los respeto a todos. Si hacemos un análisis de fondo hay bastantes coincidencias en las propuestas de gobierno, pero la diferencia está en la capacidad realizadora y en el sustento político.
–¿Qué tiene de nuevo para ofrecer el Partido Colorado después de haber estado 61 años en el poder?
–El Partido Colorado es tradicional, ha demostrado una gran capacidad de renovación en la democracia. El Partido Colorado ha sustentado a la dictadura militar. Sin embargo, esa historia está tan lejana de mi propia historia, de mi lucha y del testimonio de mi familia, que fue perseguida por la dictadura. En el Partido Colorado, desde la caída de Stroessner hasta el proceso de la transición, hay una lucha entre modelos distintos de políticas hacia el interior de su estructura: por un lado una política de cambio y por el otro un conservadurismo amigo del status quo. Esas dos fuerzas internas son prácticamente dos partidos.
–¿Por qué el candidato Fernando Lugo está denunciando que podría haber fraude?
–La verdad es que me ha sorprendido bastante. Si hay algo que se ha consolidado es la elección democrática y sobre todo las instituciones electorales. El tribunal electoral hizo un trabajo impecable en la última elección con las urnas electrónicas. Hoy la oposición pide volver atrás, no usar las urnas electrónicas. El tribunal le concedió ese pedido. La oposición tiene mayoría en el Congreso, con lo que puede sacar la ley que quiera para agregar mecanismos de control. Esa denuncia es quizá justificar de antemano una derrota que se vislumbra, porque el Partido Colorado se presenta como una opción novedosa. Yo no tengo nada que ver con los errores que cometió mi partido (en el pasado).
–Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales encarnan una corriente de centroizquierda en América latina. ¿Usted se identifica con alguno de ellos?
–Yo no me identifico con ninguno: soy depositaria de una historia y una rica tradición de mi patria. Amo profundamente la libertad y la democracia. Pero la democracia sin pan es una tentación para la emergencia de regímenes de tinte populista.
–¿Qué piensa de la incorporación de Venezuela al Mercosur?
–Estoy de acuerdo con ir reafirmando el Mercosur, ir consolidando una identidad latinoamericana para que nuestra región emerja en el mundo como un interlocutor válido en este mapa económico del mundo. Es importante la afirmación de nuestra región, que ha quedado por mucho tiempo muy silenciosa y subordinada a otras potencias.
–No contestó si está a favor de la incorporación de Venezuela...
–Yo creo que puede ser favorable.
–¿Qué vino a hablar con la presidenta Cristina Fernández?
–Cristina es la segunda presidenta de la región, yo soy mujer y puedo ser presidenta muy pronto, entonces vine a que me transmita su experiencia. Podemos iniciar un diálogo respecto a ciertos temas de la agenda bilateral, como el comercio fronterizo, la construcción de una nueva usina hidroeléctrica, los esfuerzos de ambos por regularizar la situación migratoria de los nacionales de ambos países.
–¿Qué política tiene Paraguay para frenar el cultivo intensivo de soja?
–Hoy en el mundo los precios de los commodities han promovido un gran auge de la agricultura empresarial mecanizada. Esta es de altísima concentración y en mi país ha desplazado a esa pequeña agricultura familiar campesina. Vamos a promover el impuesto a la tierra, porque creemos que los grandes cultivos de soja desgastan los suelos y contaminan los cauces. Pero vamos a impulsar políticas que agreguen valor a nuestros productos, para generar beneficios y hacer que las utilidades generosas que salen del campo puedan ser mejor distribuidas en la población. Queremos dejar de exportar granos y de importar alimentos.
–¿Cómo combatirá la corrupción, el mal mayor de Paraguay?
–Se combate con instituciones. Yo tengo la experiencia de haber instalado en el Ministerio de Educación un proceso de reducción de la discrecionalidad y de construcción de la institucionalidad con clara participación social y con rendiciones de cuentas.
–¿Con qué mujer gobernante del mundo se identifica?
–Admiro aspectos de cada una. A Cristina la admiro por su carácter y su historia. Y soy amiga de (Michelle) Bachelet.
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