Desde Asunción

Los paraguayos tienen hoy la oportunidad en las urnas de intentar modificar el destino de un país que parece condenado a vivir bajo la tutela del Partido Colorado. El gobierno saliente de Nicanor Duarte Frutos no solucionó los temas estructurales del país como la pobreza, la emigración de jóvenes desocupados, la corrupción. El obispo, como lo llaman al monseñor afín a la Teología de la Liberación, Fernando Lugo, se postula como el candidato de los pobres con su lista 6, Alianza Patriótica para el Cambio (APC). Es el favorito en esta elección, y lo acompaña en la fórmula presidencial Federico Franco, del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), con el apoyo de un conglomerado de movimientos sociales y campesinos. Los afiches y pasacalles de esta alianza compiten por el espacio en las calles céntricas de Asunción con los de la lista colorada 1, “Todos somos uno” que lidera Blanca Ovelar, la primera mujer candidata de un partido que llega menos unido que nunca. El tercer aspirante es el general golpista Lino Oviedo, otrora colorado y hoy jefe de Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), lista 7. En un lejano cuarto lugar en intención de voto se ubica el empresario Pedro Fadul, de Patria Querida (PPQ), lista 8.

Fernando Lugo es el emergente de la crisis de los partidos tradicionales, de la globalización, del crecimiento de la población urbana en Paraguay, de las demandas sociales insatisfechas. Olga Zarza, socióloga y profesora en la Universidad Nacional, señala la especificidad de su candidatura: “Lugo comenzó espontáneamente a hacer trabajos comunitarios en San Pedro, donde era monseñor, es un distrito con un altísimo nivel de extrema pobreza. Allí se dio cuenta de que desde la postura eclesial era poco lo que podía hacer y decidió volcarse a la política”. En la Navidad de 2006 comenzó esa nueva etapa para Lugo, con acompañamiento de una veintena de movimientos campesinos y sociales y el propio, Tekojoja (significa igualdad en guaraní). Lugo interpela a los indígenas, al igual que Evo Morales, pero con la diferencia de que Morales se apoyó en un partido armado, el MAS, Movimiento al Socialismo. El obispo sumó a su alianza al Partido Liberal Radical Auténtico.

Sentado en el lobby del Sheraton, Federico Franco, candidato a vice de la Alianza, luce un traje azul y un bigote particular.

–¿Su partido está a favor de los planes de Lugo de llevar adelante una reforma agraria, que implique expropiar tierras?

–No hablamos de expropiar. A los propietarios les digo que se queden tranquilos, porque nadie los va a invadir. Por otra parte, no se puede convertir el campo en monocultivo de soja, vamos a ir limitando el cultivo excedente.

El partido de Lino Oviedo, Unace, apoyó en un principio la Alianza, pero al poder presentarse a los comicios, el carismático general cambió los planes de su formación. En medio se dijo que el retorno político de Oviedo fue favorecido por el actual Ejecutivo, para dividir la oposición y en momentos en que Lugo comenzaba a liderar los sondeos. Las últimas encuestas difundidas ante de la veda electoral señalan que Lugo lidera con el 34 por ciento, seguido del general (29 por ciento) y Ovelar (28,5).

“Oviedo es fruto de las internas coloradas. Cuando este caudillo ganó unas internas del partido hubo una parte que no se lo perdonó”, subraya Zarza. La candidata oficialista Blanca Ovelar expresa la voluntad de continuismo de los colorados. Es la figura más potable de un partido en franco desprestigio. Ovelar hizo una buena gestión al frente del Ministerio de Educación. Sin embargo, la propia aspirante admite que estas elecciones son muy difíciles para su formación, principalmente porque tras las internas partidarias, su rival, el ex vicepresidente Luis Castiglioni, denunció fraude. Analistas prevén que una parte importante del electorado de Castiglioni hoy elija al obispo.

El candidato a vicepresidente colorado, Carlos María Santa Cruz, recibió a Página/12 en el comando de prensa de su partido improvisado en el hotel Crown.

–En este proceso interno del partido, ¿qué electorado se queda y cuál se va?

–Creemos que hemos tejido la unidad colorada en la dirigencia de base. Un coloradismo abroquelado enfrenta estos comicios.

–Pero un ex colorado como Oviedo, ¿no les quita apoyos?

–Lino Oviedo ha tenido seguidores colorados y también liberales. Familias tradicionales de liberales hoy trabajan con la Unace. Pero eso va hacer que el escenario esté mañana (por hoy) mucho mas movido. Además, está el candidato Fadul, que ha concitado el interés ciudadano. Esperamos que se acepten los resultados de las urnas. Que no se quiera hacer denuncias falsas de supuesto fraude electoral.

El dirigente se refiere a la advertencia que hizo la Alianza Patriótica sobre un eventual fraude. La jefa de la misión de la OEA, Emma Mejía, tomó nota de que la oposición no reconocerá el Proceso de Transmisión Rápido de Resultados, lo cual fue aceptado. Pero la postura de la Alianza se mantuvo invariable. Mejía, ex ministra colombiana, le hizo llegar al presidente Duarte Frutos el pedido de que todos los candidatos tengan ahí un veedor electoral.

A unos metros del hotel Crown está sentada en la vereda una mujer con sus dos hijos en brazos. Sus ojos se parecen a los de tantos otros que se ven en las esquinas y las paradas de semáforos en Asunción. Ella, que mira silenciosa, forma parte de los pobres extremos que en Paraguay son cerca de 1.200.000 personas, de un total de 2.200.000 pobres en una población de seis millones.