El gobierno brasileño multó a un hacendado con 17 millones de dólares por resistirse a la creación de una reserva indígena en la Amazonia, casi en la frontera con Guyana y Venezuela. Paulo César Quartiero tiene 2400 hectáreas dentro de la reserva indígena Raposa do Sol, a las que no quiere abandonar. Para defender su estancia hizo de todo, inclusive disparar a mansalva a un grupo de indígenas que intentó ocupar “sus tierras” la semana pasada. Quartiero no sólo está detenido en Brasilia por ese exabrupto, sino que ahora el gobierno ordenó el embargo de su propiedad para costear la multa.

Según el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama), la multa se debe a los daños ambientales que provocó Quartiero en esa región protegida. Sin embargo, en Brasilia todos coincidían ayer en que el gobierno había tomado una decisión contundente contra los que critican su política indígena. Hace apenas un mes, el caso de Quartiero había desatado un debate nacional sobre el tema, que incluyó incluso a la jerarquía militar.

Todo comenzó cuando el hacendado se negó a dejar sus tierras. La orden del gobierno era que todas las personas no indígenas debían abandonar los 17 mil kilómetros de reserva. En vez de recibir el apoyo de la oposición, como suele pasar en estos casos, el pequeño productor agropecuario encontró sus aliados en los cuarteles. “No existe eso de indios y no indios. La sociedad brasileña es producto del mestizaje. ¿Por qué un brasileño cualquiera no puede entrar en una zona del país apenas porque la declararon territorio indígena?”, había dicho el comandante militar de la Amazonía brasileña, general Augusto Heleno Ribeiro Pereira, durante un seminario en Río.

Para asegurarse el apoyo de sus compañeros, el jefe castrense apeló a un concepto sagrado para la institución: la soberanía. “Toda la franja de la frontera norte de Brasil fue transformada en tierra indígena”, advirtió, destacando la cercanía con Venezuela. La respuesta se hizo esperar un poco, pero llegó esta semana y de la boca del propio presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva. “¿Quién se atreve a decir que nuestros indígenas ponen en riesgo la soberanía del país?”, dijo el mandatario, visiblemente irritado. “Cuando no había ejército en la frontera con Guyana fueron los indígenas los que defendieron nuestra soberanía”, agregó.

Por el momento, la tensión no pasó a más. En el gobierno el único que se refirió al tema abiertamente fue el abogado de la estatal Abogacía General de la Unión, ministro José Antonio Dias Toffoli. “Quien habla en nombre del gobierno es la Abogacía General de la Unión. Las declaraciones de miembros de las Fuerzas Armadas no corresponden a la posición del gobierno brasileño. Y el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, defiende la demarcación continua de la reserva”, afirmó Toffoli. Esta semana el comandante Ribeiro Pereira deberá dar explicaciones a sus superiores y al ministro de Defensa, Nelson Jobim.