Desde Medellín

Al ponerse el sol, en alguna selva colombiana habría muerto Tirofijo, el número uno de la guerrilla de las FARC. Eso afirma el gobierno colombiano desde ayer. Sin saber bien cómo ni por qué, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que Pedro Antonio Marín, creador y jefe máximo de la guerrilla “ya se fue”, y que, según informes de Inteligencia, la muerte habría ocurrido el 26 de marzo último a las seis y media de la tarde. El grupo rebelde aún no confirma el anuncio. Pero en las calles de las principales ciudades, los colombianos comentan la noticia como cierta. “Ahora sí”, “¡casi que no!”, “murió de viejo”, “murió de malo”, se escucha. Mientras tanto, las escandalosas noticias sobre los vínculos de políticos, entre ellos el presidente Uribe, con paramilitares, salieron de la tapa de los diarios y los titulares de los noticieros. En Colombia, se habla de supuestos muertos.

Los rumores sobre el fallecimiento del guerrillero más viejo del mundo comenzaron en la mañana de ayer, cuando la revista colombiana Semana publicó en su edición on line una entrevista al ministro Santos. “¿Y Tirofijo en qué anda?”, interrogó la periodista María Isabel Rueda. “Debe estar en el infierno (...) Al que se van todos los criminales muertos”, remató el ministro. Luego, Santos declaró en la misma entrevista que no sabía cómo había muerto el cabecilla de la guerrilla, conocido también con el alias “Manuel Marulanda Vélez”, quien nació en 1930 en el departamento del Tolima (Centro), donde creció como campesino y se formó como guerrillero, hoy el más viejo y reconocido del mundo.

En la tarde, el jefe de estado mayor conjunto de las Fuerzas Militares de Colombia, el almirante David René Moreno, difundió un comunicado oficial que confirma, parcialmente, el parte de muerte de Marulanda. “A través de diferentes medios de inteligencia militar nos enteramos de que Pedro Antonio Marín alias ‘Manuel Marulanda’ o ‘Tirofijo’, principal cabecilla de las FARC está muerto (...) En los días en que se presentó la muerte de ‘Tirofijo’ la Fuerza Pública realizó una serie de operaciones y bombardeos en diferentes áreas de La Uribe en el departamento del Meta (...) La información que teníamos era que Marulanda se encontraba allí. Sin embargo, ninguna de estas operaciones se realizó en la fecha en la que se reporta la muerte de Marulanda”, informa el militar, con lo que los periodistas y el país resultaron confundidos. No se sabe, pues, si murió como consecuencia de los ataques o por fallas cardíacas, como también se especula. Lo importante, según el gobierno, es que ellos saben que murió y que si las FARC “van a decir que la información que tenemos no es cierta, que lo demuestren”, declaró el almirante en rueda de prensa desde Bogotá.

Lo que sí se sabía es que la salud del comandante estaba en detrimento desde hacía varios años. Y ya se le había dado por muerto en varias oportunidades. La última fue en enero de este año, cuando el diario brasileño Correio Braziliense aseguró que Tirofijo sufría de cáncer y que al interior del grupo se vivía una lucha por el poder porque estaría a punto de fallecer. En 2004 Patricia Lara, periodista segunda en la fórmula del partido de oposición Polo Democrático en las elecciones de 2006, había dicho que el viejo guerrillero tendría cáncer de próstata.

Como desde 1964 los medios de comunicación y el gobierno “matan” a Tirofijo, la versión de ayer es todavía difícil de creer. Ese año el Ejército atacó la población de Marquetalia, donde nacieron las FARC, y entonces se informó de la “baja” del entonces joven comandante a causa de un bombardeo. Un año después, el diario de aquella región dio por muerto a Tirofijo en combate. En 1995, hasta se llegó a decir que un miembro del secretariado de las FARC, Iván Márquez, confirmó la muerte de Marulanda. Tampoco resultó ser verdad.

Hoy, nuevamente, la muerte del cabecilla recorre los titulares de la prensa en el mundo, en medio del clima de zozobra, ya constante en el país, por los escándalos políticos que arrecian contra el presidente Uribe. Recientemente, fue capturado por tener vínculos con el paramilitarismo su primo, el parlamentario Mario Uribe. La semana pasada, después de que anunciaran que iban a entregar declaraciones y pruebas sobre los vínculos del presidente con la ultraderecha mercenaria de los paramilitares, los jefes desmovilizados fueron extraditados, sorpresiva y masivamente, a Estados Unidos. El fenómeno que tiene a Uribe en cuestionamiento es conocido como “parapolítica”, al que el mismo gobierno le produjo un rival en los medios de comunicación con la “farcpolítica”. Esta semana la Fiscalía convocó a los medios para anunciar que está investigando senadores y periodistas por “cercanías” con el grupo guerrillero FARC.

Por circunstancias como ésta, que Tirofijo esté muerto le conviene ahora al gobierno de Uribe. Y aunque no sea un hecho, sirve que la mera noticia ocupe tinta y titulares que podrían gastarse en los escándalos.