Lázaro Vivero convivió cuatro años con el Secretariado de las FARC en el Caguán, cuando guerrilla y gobierno intentaban acordar la paz. Como asesor del Alto Comisionado para la Paz, aprendió a negociar y a hablar con ellos. “Aprendí que tienen otros códigos, otros tiempos y otra forma de pensar y analizar las cosas”, explicó en diálogo telefónico con Página/12. Con la ruptura del proceso de paz y la asunción de Alvaro Uribe, Vivero dejó el cargo en el gobierno y volvió a ejercer el periodismo. El fiscal general colombiano, un hombre muy cercano al gobierno uribista, lo señaló como uno de los políticos, periodistas y dirigentes sociales sospechados de haber colaborado con la guerrilla. “La verdad, no salgo de mi asombro. No puedo entender cómo juegan con uno. Cuando te necesitan te usan y cuando te convertís en una molestia te acusan”, dijo Vivero, de 53 años.

El periodista escribe columnas para medios alternativos latinoamericanos y conduce un noticiero en un canal regional en la costa colombiana. El año pasado su nombre dio la vuelta al mundo cuando firmó una entrevista con Raúl Reyes, el ex número dos de las FARC, abatido el 1º de marzo pasado por las fuerzas colombianas en territorio ecuatoriano. El viernes Vivero volvió a los titulares.

Según relató Vivero, después de renunciar como asesor el gobierno de Uribe lo volvió a contactar para que ayudara a negociar un acuerdo humanitario con las FARC. Durante meses, Vivero hizo su trabajo. Se reunió varias veces con Reyes, discutió estrategias y alternativas. Pero todo se acabó con el bombardeo colombiano al campamento del líder guerrillero. “Creo que hoy absolutamente nadie sigue manteniendo los contactos para hablar con las FARC”, sentenció.

–El gobierno informó ayer que Manuel Marulanda está muerto. ¿Qué fue lo último que supo de él?

–Lo último que supe es que estaba muy bien de salud, pero no te puedo garantizar nada. Yo me acostumbré a que no hay que especular. Yo solamente tomo por cierta una información que fue confirmada tanto por el gobierno como por la guerrilla.

–¿Por qué el gobierno le da ahora la espalda y lo incluye entre los sospechosos de la llamada farcpolítica?

–Primero, quiero creer que éste es un proceso judicial y no político. Sin embargo, todo me hace pensar que no es así. Yo me enfrenté al gobierno cuando sostuve que la única forma de conseguir el acuerdo humanitario era aceptando la demanda de las FARC y despejar los municipios de Florida y Pradera. Sólo así el presidente Uribe conseguiría controlar la negociación, en vez de seguir dependiendo de presidentes de países amigos.

–Pero la guerrilla demostró que prefería lidiar con líderes extranjeros antes que con Uribe...

–En una de nuestras reuniones Reyes me dijo que no importaba quién estuviera a cargo de las mediaciones, al final tendríamos que terminar negociando en Florida y Pradera.

–¿Cómo quedan las negociaciones después de la muerte de Reyes?

–Si bien la muerte de Reyes se manejó como un éxito militar, para mí fue un craso error político. Sin él, todas las comunicaciones quedaron bloqueadas. Me atreví a decir esto públicamente y ahora estoy siendo investigado por la Fiscalía.

–¿Eso significa que el acuerdo humanitario está muerto?

–No quiero ser fatalista, pero por el momento la solución para alcanzar un canje humanitario está más estancada que nunca. El gobierno ha asumido posturas radicales y de lo único que se habla es de estrategias militares. Es probable que la guerrilla decida esperar a la llegada de un nuevo gobierno.

–¿Las FARC creen que habrá un recambio? Uribe sigue siendo muy popular y todavía no ha aparecido un líder opositor fuerte...

–Ellos siempre aseguraban que la supuesta popularidad de Uribe era un montaje mediático. La verdad es que hoy hay mucha gente que escucha a los opositores y muchos dicen que no volverían a votar a Uribe. Yo creo que las cosas están cambiando, ellos están convencidos.

–¿Por eso el silencio de las FARC?

–Yo aprendí que los guerrilleros tienen otros códigos, otros tiempos y otra forma de pensar y analizar las cosas. Para mí no es extraño que ellos se queden quietos para esperar y pensar. Pero claro, nuestros tiempos son otros y queremos una reacción ya. Desde el gobierno y los grandes medios venden la idea de que no se pronuncian porque no tienen fuerza, ni hombres. Dicen: `Mataron a Reyes, (Iván) Ríos, se entregó Karina y no contestan, no contraatacan. Están acabados’. En mi opinión, están haciendo ingeniería. Ellos se dieron cuenta de las consecuencias que puede tener el acceso relativamente fácil que existía a Reyes, su principal interlocutor, y deben estar arreglándolo. Ya no será tan fácil llegar a ellos ahora.

–¿Cuál fue el error de Reyes? ¿Ser demasiado accesible?

–Hoy nos damos cuenta de que sí. Según nos contaban, en la selva entraba y salía gente de todo el mundo, todo el tiempo.